«Yaves tu porque t aiga metio el dedo de mierd». Este mensaje enviado por whatsapp ha sido una de las pruebas que, junto al testimonio de una joven de Petrer, han bastado para que la Audiencia condene a 4 años de cárcel un joven por abusar sexualmente de una antigua compañera de colegio. Además de la pena de cárcel, la Sección Segunda de la Audiencia condena al acusado a pagar una indemnización de 5.000 euros a la víctima, a la que no podrá acercarse a menos de 100 metros durante un periodo de cinco años, ni tampoco comunicarse con ella.

Según la sentencia dictada por la Sección Segunda, los hechos declarados probados ocurrieron la madrugada del 13 de junio de 2013. Esa noche el acusado, de 22 años entonces, coincidió en una discoteca de Petrer con una joven que conocía por haber ido juntos al mismo colegio. Ambos mantuvieron una breve conversación y se intercambiaron los números de sus respectivos teléfonos móviles.

La joven se marchó luego con sus amigos a otra discoteca y sobre las siete de la mañana de esa misma noche ambos jóvenes concertaron una cita a través de mensajes de whatsapp y el acusado acudió a recogerla en la puerta de su domicilio en Petrer. La chica se subió al coche del procesado y éste se dirigió a una pinada cercana a un establecimiento comercial. El fallo precisa que inicialmente estuvieron hablando pero luego el acusado intentó besar en la boca a la joven, que estaba en el asiento del copiloto. Ella apartó la cara y le dijo que no quería hacer nada con él.

El denunciado insistió, pero ella le advirtió de que sólo habían quedado para conversar. Lejos de cesar en sus intenciones el acusado se situó sobre la chica en el asiento del copiloto y comenzó a tocarle los pechos. A continuación le metió una mano entre sus piernas y le introdujo los dedos en la vagina, momento en que la joven reaccionó enérgicamente, según se recoge en la sentencia. Le arañó la cara y quemó levemente al procesado, quien finalmente cesó los tocamientos y volvió al asiento del conductor. La joven le pidió que le llevara a su domicilio y así lo hizo. Tras marcharse el procesado le envió un mensaje de whatsapp disculpándose por lo ocurrido. Los hechos provocaron que la joven sufriera un trastorno por estrés postraumático.

El acusado negó en el juicio que le introdujera los dedos en la vagina y aseguró que solo «la tocó superficialmente después de que lla le tocara a él».

El tribunal señala en la sentencia que las versiones de acusado y víctima son verosímiles, pero hay ciertos datos que permiten dar una mayor credibilidad a las declaraciones de la joven que denunció la agresión sexual. En este sentido, indica que no hay motivo para que la joven quisiera perjudicar al acusado con una denuncia falsa y que la denunciante ha mantenido la misma versión desde el principio. A eso se suman los whatsapp donde dice, entre otras frases: «lo siento estela», «me e pasao» o «lo reconozco». La Audiencia le condena por abuso y no agresión sexual al no concurrir violencia o intimidación en la conducta del acusado.