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El fiscal sobre el acusado de descuartizar a su novia: «A Sorina no le dejó ni la cara»

Los forenses judiciales creen que el presunto asesino se inventa sus supuestos delirios porque cree que le podría beneficiar en la condena, aunque descartan patología alguna

El fiscal sobre el acusado de descuartizar a su novia: «A Sorina no le dejó ni la cara»

No le dejó ni la cara. El fiscal y las acusaciones se apoyaron en este estremecedor dato de la autopsia al cadáver de la víctima del crimen de La Torre de les Maçanes para pedir una condena por asesinato con todas las agravantes para el acusado de matar a su novia, Sorina P., y tratar de descuartizar después el cadáver. El juicio con un jurado popular entró ayer en su recta final con los informes periciales y los informes de conclusiones de las partes. Tanto el fiscal, como las acusaciones particulares que ejercen la familia de la víctima y la Generalitat, pidieron al jurado popular una condena por asesinato con alevosía y ensañamiento y reclaman penas que suman más de 27 años de cárcel. El crimen ocurrió en octubre de 2013 en la casa de campo en la que ambos convivían tras una relación de siete años. El acusado, Martín R. S., aduce que sufrió un delirio por la droga.

Los forenses que practicaron la autopsia señalaron que la víctima murió como consecuencia de la reiteración de golpes en la cabeza, sin poder precisar cuántos fueron. Todos los huesos de la cara estaban rotos y había una pérdida total de la masa encefálica. El fiscal en su informe final señaló que este hecho demostraba que el acusado se ensañó con su víctima «porque es difícil de creer que esas lesiones se produjeran con un solo golpe». La autopsia incidió también en que la víctima no tenía ninguna lesión de defensa. Los investigadores mantienen que el crimen se produjo mientras estaba acostada en la cama.

El resto de las lesiones se produjeron después de la muerte, según los forenses. El acusado le amputó un pie y una mano, mientras que la otra estaba colgando. Asimismo la abrió en canal y le introdujo varios objetos en el ano, como un palo, una botella, zona donde también presentaba un disparo y un arpón clavado. Los forenses señalaron que la víctima tenía la zona vaginal destrozada. El abogado de la acusación particular, el letrado Eugenio Barea, señaló que muchas de estas lesiones se debieron a que el acusado trató de deshacerse del cadáver. Para el fiscal, el móvil del crimen fue que la víctima iba a dejar al asesino tras años de relación. «Sorina acababa de terminar una carrera universitaria, pero él le quitó todo. Hasta la cara», recalcó.

Por su parte, los forenses del Instituto de Medicina Legal de Alicante descartaron que el acusado padeciera trastorno mental alguno, así como que hubiera sufrido algún brote. «En caso de alucinación, uno recuerda la visión como algo real y cuenta lo que vio. En este caso, cada vez ha contado una cosa distinta», señaló. La forense señaló que la explicación a las visiones que el acusado dijo haber visto es que busque ser considerado enfermo mental pensando que sería más beneficioso en caso de ser condenado.

Asimismo, los médicos presentados por la defensa no afirmaron que el acusado sufriera una enfermedad mental, pero aseguraron que el consumo de alcohol y drogas, unido a un problema de falta de control de impulsos podría haber sido el desencadenante del proceso mental que culminó en el crimen.

La defensa pidió una eximente completa por trastorno mental. El letrado incidió en que el acusado estuvo dos días a solas con el cadáver en la vivienda y «si realmente hubiera tratado deshacerse de él podría haberlo hecho perfectamente» y ello refuerza que «no estaba en posesión de sus facultades». El acusado aprovechó su turno de última palabra para pedir perdón a la familia de la víctima. «Yo no quería matarla, me cambiaría por ella si pudiera», dijo, a lo que añadió que no buscaba beneficio penitenciario alguno, que sólo quería que le ayudaran a recibir tratamiento. «Yo ya no soy nada», dijo.

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