Alejandro Gaya, un operario de la construcción de 33 años, logró inmovilizar y retener a un peligroso ladrón en Valencia tras observar por el retrovisor de su coche que éste estaba asaltando a una mujer. Circulaba tranquilamente en su vehículo en compañía de su pareja el pasado viernes por la noche cuando por el retrovisor observó que en el coche que iba detrás una mujer hacía aspavientos con los brazos. Al bajar la ventanilla escuchó sus gritos de auxilio y vio cómo un hombre con casco forcejeaba con ella desde el asiento trasero. No había dudas, la conductora estaba siendo asaltada. Alejandro podía haber seguido su camino, el semáforo estaba ya en verde, pero «no podía consentir una cosa así», según reconoce. Sin pararse a pensar ni un segundo en si el delincuente iba armado o no, este hombre de 33 años bajó del coche y redujo al ladrón antes de que huyera en una moto, también sustraída. Cuando minutos después llegó la Policía y éste seguía con el sospechoso inmovilizado en el suelo los agentes le manifestaron: «Gracias, ¿eres compañero, no?». «Qué va, soy fontanero».

Este operario de la construcción evitó con su acción el robo con violencia a una ciudadana de origen chino que circulaba en un vehículo de gama alta por el Paseo de la Alameda de Valencia. Además retuvo durante cerca de quince minutos al peligroso delincuente, quien cuenta con más de 35 detenciones a sus espaldas, según ha podido saber este periódico. Los policías le reconocieron su heroica acción y le advirtieron de que podía haberle herido, ya que hallaron unas tijeras en el suelo que el sospechoso pudo perder en el forcejeo. Para ellos el detenido, de 41 años y nacionalidad española, es un viejo conocido al que ya han arrestado hasta en diez ocasiones en lo que llevamos de año por delitos contra el patrimonio.