«Me iba a matar y si no me resisto ahora estaría muerta». Así de claro se pronunció ayer en la Audiencia de Alicante una joven que testificó en el juicio a su exmarido, que está acusado de intentar matarla a botellazos y asfixiándola el pasado año en la vivienda que compartían en Calp. El excompañero negó la acusación y declaró que ella le atacó primero con la botella y él se defendió. El juicio concluirá hoy en la Sección Primera, donde el fiscal, si no modifica sus conclusiones, solicitará ocho años de cárcel por un delito de homicidio en grado de tentativa.

Los hechos enjuiciados ocurrieron el 9 de mayo de 2014, apenas tres meses después de que acusado y denunciante contrajeran matrimonio después de cuatro o cinco años de relación. La Fiscalía acusa al procesado de intentar matar a su pareja cuando ella le dijo que quería poner fin a la relación. La joven, 28 años más joven que su pareja, se marchó á Ibiza el 4 de mayo -día de su cumpleaños- para decidir su futuro tras «llevar discutiendo con él doce semanas». A su regreso el marido la recogió en el puerto de Dénia y mientras ella declaró ayer que no ocurrió nada en el trayecto al domicilio en Calp, el marido aseguró que recibió tres puñetazos que le obligaron a parar el coche.

Según el testimonio de la mujer, cuando llegaron al domicilio y le dijo que iba a poner fin a la relación pese a que él le amenazaba con suicidarse, el hombre comenzó a agredirla a botellazos mientras le decía «¡Muérete zorra!». La joven asegura que recibió «más de 15 botellazos» y que le suplicaba mientras se protegía de los golpes en la cabeza. Tras los botellazos, indicó que se le echó encima e intentó asfixiarla, por lo que al ver «que me mataba» le pidió que le soltara y que le quería. Tras soltarla afirma que aprovechó un descuido para irse corriendo y llamar al 112 para pedir ayuda.

La versión ofrecida por el acusado en la Audiencia difiere por completo. Así, afirmó que el día antes de irse a Ibiza ella le atacó con un cuchillo y que cuando regresó fue ella la que empezó a agredirle con la botella y luego comenzó a autolesionarse. En ese momento afirma que cogió otra botella y le dio dos o tres veces porque después del incidente con el cuchillo temía por su vida. El procesado negó a preguntas del fiscal y la acusación particular que intentara asfixiarla y que le golpeara en la sien. El acusado tampoco admitió que amenazara a su mujer con matarla y luego suicidarse. «Quitando a mi madre es la mujer que más he querido en mi vida», afirmó el denunciado. El juicio concluirá hoy en la Audiencia.