Lo que iba a ser un feliz final de vacaciones para un grupo de estudiantes que habían elegido la playa de Gandia para celebrar el fin de los exámenes acabó en tragedia. María Lamadrid, una joven vallisoletana de 18 años que pasaba una semana en la ciudad con un grupo de amigas falleció al precipitarse desde la decimocuarta planta del edificio Infante, en primera línea de la costa gandiense.

Según señaron fuentes policiales, la joven se cayó al tratar de entrar al piso que tenía alquilado con sus amigas en el ático de este inmueble desde la azotea.

Habían pasado la noche de fiesta y cuando regresaron a casa se dieron cuenta de que no tenían llaves, por lo que una de ellas, María, decidió acceder por la ventana de una forma muy peligrosa. Para ello, se subió a la azotea y se descolgó hasta el balcón con fatal desenlace.

Ana María Ruiz, la esposa del portero del edificio, casi presenció la escena. Narró a este periódico que la joven llegó con una amiga y un chico. «Yo estaba limpiando. La otra chica accedió al edificio, me dio los buenos días y se subió. Ella -la fallecida- se quedó en la calle hablando tranquilamente con un chico», explicó.

Tras unos minutos de conversación tranquila, María Lamadrid se despidió de su acompañante y accedió también al edificio. «Como la otra, me dio los buenos días y se subió. A los cinco o seis minutos escuché un golpe muy fuerte. Pensé que era un mueble y cuando me giré y vi a la chica no me lo podía creer», explica la portera. Rápidamente, la mujer dio aviso al 112.

La mujer aclara que la joven fallecida no presentaba signos de embriaguez y que tampoco había discutido con el chico con el que estuvo hablando.

La joven y sus amigas, estudiantes del colegio San José de Valladolid, habían alquilado el piso a una agencia de la playa de Gandia. Llevaban una semana pasando sus vacaciones en la ciudad, donde también había otros compañeros de clase y precisamente ayer regresaban a su ciudad natal.