Han pasado ya cuatro años desde que la alicantina María Luisa Reig fue asesinada y descuartizada en su chalé de la localidad valenciana de Albalat dels Tarongers. En todo este tiempo los dos únicos detenidos como presuntos autores del crimen -su exnovio y el hijo mayor de la fallecida- han quedado en libertad y la causa ha sido archivada por falta de pruebas. Pero sus familiares no se rinden y confían en poder llevar ante el juez algún día a los asesinos de María Luisa para que su crimen no quede sin castigo. No obstante, son conscientes de que el reciente archivo de la causa por parte de la Audiencia Provincial de Valencia les cierra muchas puertas y es un paso atrás de cara a conocer todo lo que ocurrió aquel 1 de junio de 2011 en este chalé de la urbanización Corral Blanco de Albalat dels Tarongers.

«Es una vergüenza. Parece que todos los indicios que hay contra ellos no son suficientes para la Justicia», señala indignada Carmen, hermana de la fallecida. «Nuestra única esperanza es que sus asesinos comentan un fallo», añade tras reconocer que «cada día está más decepcionada con la Justicia». «No entiendo cómo pueden ir tan tranquilos dos asesinos por la calle después de lo que le hicieron a mi hermana», se lamentaba Carmen.

Tanto ella como las dos hijas de la víctima, Raquel y Yolanda, acudieron el lunes a la vivienda de Albalat dels Tarongers para poner flores y velas en un pequeño altar en el lugar donde hallaron sus únicos restos mortales encontrados hasta la fecha, un trozo de un omoplato y otro de la base del cráneo, ambos totalmente calcinados. «Otro año más hemos venido aquí para traerle flores, ¿dónde vamos a ir sino a ponérselas?, ni siquiera tenemos su cadáver para velarla en un cementerio», se lamentan sus familiares.

Numerosos indicios

Según el auto de archivo de la Audiencia de Valencia, la causa ha sido archivada porque los datos que permitieron reabrirla en noviembre de 2013 «han quedado desdibujados» hasta el punto de perder la condición de pruebas «indiciarias». No lo entienden así los familiares de la fallecida, quienes enumeran varios aspectos de la investigación de la Guardia Civil que en cualquier otro caso hubieran servido cuanto menos para llevar a juicio a los dos acusados.

Por un lado la carta escrita por puño y letra de María Luisa en la que inculpaba a su exnovio si a ella le pasaba algo. Además, poco antes de su asesinato consta una llamada de la víctima precisamente a esta persona, quien trató de borrar el registro de la misma. A todo ello se suma un comentario que realizó el hijo refiriéndose a su descuartizamiento cuando todavía se desconocía la causa de la muerte de su madre. Asimismo, un testigo desmontó la coartada de los dos presuntos asesinos y manifestó haberlos visto quemando «un hueso largo» en una hoguera.