detenido por matar a su expareja

juzgado de violencia sobre la Mujer de Dénia

delitos de asesinato y quebrantamiento de condena

estaba tratando de rehacer su vida

tráfico de drogas

Gema Ruiz, la mujer asesinada, creía que su pareja, Francisco José Navarro, había cambiado y por ello le dejó dormir en su casa pese a la orden de alejamiento que le impedía desde diciembre acercarse a ella tras ser condenado por maltratarla. Para Gema era difícil rehacer su vida y más cuando él la buscaba y le prometía que no volvería a amenazarla ni a pegarle. El pasado miércoles por la noche Francisco José le pidió que le dejara quedarse a dormir en casa. Ella accedió y le abrió la puerta, pero volvieron a enzarzarse en una discusión. Cuando ella se durmió, él se levantó, fue la cocina y cogió un cuchillo. Volvió al dormitorio y le clavó el cuchillo en el cuello seccionándole la yugular. A continuación el presunto homicida se autolesionó en una muñeca con varios cortes profundos y llamó al 091para confesó el crimen.

El presunto asesino le dijo a los agentes de la Policía Nacional que había discutido con su excompañera por el consumo de droga. El hombre había tenido problema de adicción a los estupefacientes y bebía mucho alcohol. También afirmó que su expareja le había abierto la puerta voluntariamente.

Navarro, conocido en Dénia como Cheché, fue trasladado al hospital de Dénia, donde permanece custodiado por agentes de la Policía Nacional en la unidad de Psiquiatría. Está previsto que hoy pase a disposición judicial.

El crimen ocurrió sobre las 4 de la madrugada. La vivienda de alquiler donde vivía Gema está en el número 5 de la céntrica avenida de Gandia. Los vecinos no escucharon nada. Eso sí, Mihaela, que accede a su casa por el mismo portal, aseguró que Gema seguía sintiendo miedo y que, de hecho, les había dicho que, por las noches, siempre cerraran con llave la puerta de la calle.

El presunto agresor le seccionó la yugular a su víctima sin que ella pudiera defenderse. La mujer no pudo accionar el sistema de protección que tenía en su móvil y que hubiera alertado al instante a la Policía Local de que el maltratador había roto la orden de alejamiento. Con todo, hasta ayer no había habido ningún incidente que ella hubiera denunciado y su caso estaba catalogado como «riesgo bajo» según el baremo del sistema de seguimiento integral en los casos de violencia de género. El hombre tenía prohibido comunicarse con Gema y acercársele a menos de 300 metros. Sin embargo, en el último mes, había empezado a verla de nuevo.

Los vecinos fueron enterándose poco a poco del asesinato de Gema. Todos coincidieron en que era «una bellísima persona». Alrededor de las ocho de la mañana, los agentes de la Policía Nacional volvieron a la vivienda, que sólo tiene 20 metros cuadrados. Iban acompañados de un técnico de la protectora de animales para llevarse a los tres gatos de Gema. Los animales estaban todavía asustados. La habitación del crimen seguía alborotada y había salpicaduras de sangre incluso en el techo.

Entonces el barrio empezaba a despertarse. Al ver a los agentes, los vecinos empezaron a preguntar. Todos sabían que Gema vivía con miedo. El crimen causó gran consternación en Dénia. La mujer, que sufría una discapacidad física -tenía una atrofia hereditaria en las piernas que hacía que caminase con ellas arqueadas- frecuentaba el bar que está enfrente de su casa. Su propietario comentó a este diario que Francisco José Navarro era «muy machista y celoso» y trataba a su mujer, con la que tiene una hija de 26 años, con «gran desprecio». Mientras, María del Mar, que es la esposa del dueño del bar, explicó que la víctima nunca se había atrevido a denunciar a Navarro, pese a que la amenazaba, la insultaba y la golpeaba con frecuencia. «Le decía que si lo denunciaba la mataría».

María del Mar escondió a Gema en la cocina de su bar cuando esta sufrió la agresión por la que el hombre fue condenado en diciembre. «Cuando creíamos que se había ido, ella salió y fue a comprar al supermercado». Pero el agresor la vio y la siguió.

Eva María Rojas, que es la responsable del supermercado, explicó que los propios trabajadores se llevaron a Gema al almacén cuando entró su entonces pareja y empezó a insultarla y zarandearla. Mientras, una clienta llamó a la Policía. Entonces, Gema ya se atrevió a contar el calvario que sufría. Explicó por qué tenía los hematomas. Además, esa última agresión fue ante numerosos testigos.

Francisco José Navarro fue condenado unos días más tarde por lesiones y vejaciones en un juicio rápido y el juez le impuso una orden de alejamiento que tenía vigencia hasta el 14 de abril de 2016.

La víctima ni siquiera le reclamó a su expareja por los daños sufridos. Ahora intentaba rehacer su vida y pasar más tiempo con su hija, que vive en Xàbia y que no quería saber nada se su padre. Pero el miércoles se dejó convencer por su maltratador y le abrió la puerta.