La Fiscalía rebajó ayer de seis a tres años y medio la pena que solicitaba para el presunto cerebro de la estafa piramidal de la empresa Global Plus en la última sesión del juicio que ha quedado visto para sentencia. Constantin T. había admitido los hechos y se había declarado culpable de todos los cargos, una confesión que se ha traducido en esta rebaja, a la que se adhirieron las acusaciones particulares que ejercen algunos de los más de 150 afectados. El montante de lo defraudado asciende a 378.000 euros. Sin embargo, la petición no se ha extendido al segundo acusado y considerado como el director comercial de la empresa, Jorge B. P., para quien la fiscal ha solicitado una condena de seis años de cárcel. La tercera acusada, pareja sentimental del presunto cerebro del fraude, está en paradero desconocido desde que salió en libertad provisional y no ha podido ser juzgada.

El acuerdo entre la defensa de Constantin T., que lleva el abogado Gonzalo Martín Cano, y la fiscal supone que éste podría abandonar la prisión en poco más de un año, ya que está encarcelado desde su detención por estos hechos en julio de 2012, es decir poco más de dos años. En el caso de que el tribunal le imponga los tres años y medio que piden las acusaciones y que este procesado acepta, supondría que éste ya tiene más de la mitad de la pena cumplida.

Constantin T. confesó estar al frente de una estafa piramidal en la que centenares de inversores les entregaron su dinero con la confianza de obtener unos intereses con un tipo muy por encima a los del mercado. Desde la empresa se prometía un interés del 25% del dinero invertido en tan sólo 40 días y sin riesgo alguno. El capital jamás fue a bolsa y se usaba para pagar los intereses de otros clientes a quienes a su vez se animaba a reinvertir el dinero para incrementar sus beneficios. La fiscal presentó un listado revisado que cifraba en 153 el número de afectado. De todos modos fuentes judiciales, señalaron que en el juzgado se habían recogido más denuncias recibidas aún con la instrucción acabada, por lo que éstas se agruparán para abrir otro proceso sólo para el cobro del dinero.

En cuanto a Jorge B. P., la Fiscalía mantuvo la petición de seis años de prisión contra él, sin rebaja alguna. Este acusado volvió a negar ayer en su turno de última palabra que tuviera responsabilidad alguna en la empresa y que sólo era un comercial más, ajeno a los manejos del principal imputado. «Ni me he lucrado, ni he visto nada de dinero y encima he tenido que soportar el infierno de recibir el desprecio de mis seres más queridos, como mi madre y mi novia, que pensaban que las había engañado. ¿Cómo iba yo a hacerles eso?», aseguró.

La Fiscalía se apoya en conversaciones telefónicas en las que, según destacó al tribunal, se desprende que estaba al corriente del modo en que funcionaba la empresa. El ministerio público incidió en las declaraciones de otros empleados que identificaron a Jorge B. P. como su superior. Por su parte, desde la defensa se subrayó que éste jamás ejerció cargo directivo alguno. «¿Cómo puede convertirse alguien en la mano derecha de otro con tan sólo dos meses en la empresa?», aseguró. A juicio de la defensa, las conversaciones no recogen que el acusado estuviera al corriente de lo que pasaba, sino que aparecían personas que le iban informando de las incidencias que surgían.