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Una empresa demanda a otra de Valencia por copiar el diseño de sus vibradores

El juez compara en sala los originales con las presuntas copias en una audiencia previa al juicio

Una empresa demanda a otra de Valencia por copiar el diseño de sus vibradores

Fabricar juguetes sexuales como vibradores o dildos requiere de diseño, imaginación y continua renovación si se busca ser una empresa bien posicionada en el mercado erótico. Eso es lo que defiende la mercantil Fun Factory, una firma alemana que ha demandado a otra de la Comunidad Valenciana por plagiar cuatro modelos de consoladores registrados en la Oficina de Armonización del Mercado Interior (OAMI), con sede en Alicante, así como de usar el slogan «Love Yourself» en otros productos de corte sexual.

El juez de lo Mercantil número 2 de Alicante, Salvador Calero, se enfrentó el pasado jueves a las pruebas materiales en la audiencia previa al juicio y tuvo delante los cuatro consoladores objeto de litigio que pasaron por sus manos, así como por las de la secretaria judicial. Lo primero es comprobar que, a simple vista, recuerdan mucho a los presuntamente plagiados.

Se trata de cuatro modelos distintos que, según la empresa fabricante, han sido copiados en China y distribuidos vía internet por una empresa valenciana, Life is Short S.L., que asegura que desconocía que los diseños estaban protegidos y que alega que no se importaron desde China, sino desde Holanda, como así aportan en los justificantes de los pedidos.

La demanda fue presentada el año pasado por la empresa alemana Fun Factory, representada por el letrado Eric Jordi Monereo y la procuradores Sonia Budi, que reclamaron al juez que impidiese la comercialización de los modelos supuestamente copiados, cuyos originales depositaron en el juzgado. Reclaman también una indemnización por daños patrimoniales en función del número de copias importadas y vendidas de cada uno de los productos. Tras la audiencia previa del jueves, solo queda celebrar el juicio para que el juez dirima si los objetos que tuvo en sus manos y delante de sus narices realmente han sido copiados en base a los diseños del fabricante alemán.

Estos «novedosos modelos están protegidos y Fun Factory es titular de varios registros de diseño comunitario que le confieren el uso exclusivo y excluyente en el mercado de la UE», alega la demanda. Asimismo, sostiene la mercantil que tiene registrada a su favor la marca comunitaria «Love Yourself» que le otorga el derecho a utilizar en exclusiva ete eslogan «para productos de cuidado, masajes, activación y estimulación de la parte externa de zonas íntimas del cuerpo así como para productos de bisutería de silicona para pechos y zonas íntimas», según recoge la demanda. Y es que la mercantil denunciante considera que los derechos del fabricante respecto a esta marca también se han vulnerado.

La mercantil alemana alude a su innovación «e imaginativos diseños» para resaltar sus esfuerzos en ser puntera en el sector, donde afirma estar muy bien posicionada, y que de esta característica «ha querido aprovecharse la demandada». Según Fun Factory, los modelos «Red Lover», «Violet Sweetheart», «Yellow honey» y el diminuto «Pink Baby» son meras copias de los que fabrica y vende la demandante. Cada modelo tiene su característica especial (con forma de gusano, punta elevada, estrías o de pequeño tamaño para llevar discretamente en un bolso) y se venden en ambos casos a través de una página web, un formato que le viene como anillo al dedo a este tipo de productos que el usuario recibe en casa en un paquete bajo la más absoluta discreción. La comercialización de juguetes sexuales a través de internet ha permitido disparar la venta de este tipo de productos y llegar a un mayor número de consumidores en un mercado que se reservaba solo para unos pocos.

Por su parte, la firma valenciana demandada por el fabricante alemán niega que conociera con anterioridad que los diseños de estos vibradores estaban registrados. En su contestación a la demanda rechaza que haya actuado con dolo y mala fe para aprovecharse de la reputación de la mercantil y asegura que nada más recibir el primer requerimiento del juez de Alicante retiró de su página web los productos en litigio. La empresa valenciana, con sede en Alacuás, asegura que adquiere la mayoría de productos de Holanda e Inglaterra, y nunca directamente de China, «sin que eso signifique que tenga conocimiento o sospecha de que se trataban de una copia».

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