A pesar de que el suceso se produjo a primera hora de la mañana, sobre las 7.45 horas, el gerente de una cafetería de la Plaza San Crispín presenció la agresión y corrió rápidamente a socorrer a la víctima antes de que llegaran los servicios sanitarios. «Al principio pensé que la había rociado con gasolina, por lo que corrí en seguida en dirección hacia ellos para evitar que la quemara», aseguró el testigo. Cuando vio que la sustancia estaba ocasionando quemaduras en la piel, tanto el hostelero como los clientes que se encontraban en el establecimiento, lavaron con agua la herida para eliminar el efecto de la sustancia. «Cuando le lavamos la herida y se tranquilizó un poco, mi hermana la subió a su casa, y le prestó ropa limpia antes de trasladarse al hospital», cuenta el hostelero.

Quebrantamiento

El agresor, expareja de la víctima, tenía una orden de alejamiento previa que se saltó la noche anterior a la agresión, ya que según afirman varios testigos que auxiliaron a la mujer, la propia víctima reconoció que su expareja estuvo toda la noche tratando de contactar con ella a través de llamadas, mensajes de texto e incluso en su propio domicilio. La policía pudo reunir rápidamente las pruebas del delito gracias a los testimonios de los presentes, por lo que la Policía Nacional inició rápidamente la investigación que se saldó a media mañana con la detención del supuesto agresor en Alicante.