Casi aliviada pareció recibir ayer María del Carmen García la noticia de que iba a entrar en prisión. «Al fin voy a terminar con este calvario con el que llevo ya ocho años», aseguró ayer la mujer de Benejúzar a la salida de la Ciudad de la Justicia de Elche. Ocho años en los que ha estado pendiente de si va a tener que entrar o no en la cárcel. El año pasado, en el último momento y cuando estaba a punto de ingresar, llegó la decisión de la Audiencia por la que se suspendía la medida a la espera de ver qué resolvía el Gobierno sobre la segunda petición de indulto.

Ayer, aún sin saber lo que había resuelto la sala sobre su libertad, aseguró a este diario que «lo que yo quiero es entrar en Fontcalent ya». Para ella era un sinvivir el tener que soportar qué se decidía sobre su condena. La mujer siempre ha venido diciendo que a ella no le importaba entrar en la cárcel, pero que si lo hiciera, lo que más le entristecía era toda la gente que ha luchado por ella durante todos estos meses. Ayer era el momento de la verdad, llegó y fue prácticamente ella quien se encargaba de dar ánimos a su familia, que estaba destrozada por la decisión judicial.

María del Carmen García y su familia llegaron a la Ciudad de la Justicia sobre las diez de la mañana, acompañados por su abogado, Joaquín Galant. La intención era recoger la documentación para entrar en la cárcel, pero la defensa aprovechó para presentar un escrito en el que pedía que se suspendiera el encarcelamiento durante treinta días hasta que la magistrada resolviera su petición de suspensión de la condena. El miércoles se le había notificado que la petición había sido trasladada a la juez para resolverla, con los informes en contra de la petición tanto del fiscal como de la defensa. Todo apuntaba a que la juez podía tardar unos días más en resolver pese a que ayer era la fecha límite para que Mari Carmen entrara en prisión. Pero la sala ya tenía preparado el auto con el que rechazaba suspender la pena.

Desde primera hora de la mañana, frente a la Ciudad de la Justicia de Elche, multitud de cámaras y reporteros aguardaban la llegada de la mujer y su familia. Varias unidades móviles de las principales cadenas nacionales se encontraban estacionadas frente a las dependencias para poder hacer conexiones con sus respectivas emisoras. Los programas magazine de la mañana se habían repartido los tiempos para hacer las entrevistas a María del Carmen en directo, mientras esperaban la decisión de los jueces. Sin embargo, las declaraciones se acabaron en el momento en que una cadena nacional comenzó a entrevistar a una de las hijas del violador en directo diciendo que su familia quería que se hiciera Justicia. Verónica Rodríguez, hija de Mari Carmen y víctima de la violación, comenzó a discutir con uno de los reporteros diciendo que ella no iba entrar en directo a debatir con la familia de violador porque no quería saber nada de ellos.

La tensión iba en aumento. Mientras tanto, llegaba el momento en que la reportera de TVE tenía que entrevistar en directo a María del Carmen. Cuando todo estaba a punto para la conexión, la mujer estalló y diciendo que «ya no lo soportaba más», se marchó de allí a refugiarse de las cámaras dentro del edificio de la Ciudad de la Justicia. Allí dentro estuvo esperando la decisión de la sala, hasta que a las 11.30 horas recibieron la llamada de que los jueces ya se habían pronunciado. Ya con la notificación de que iba a la cárcel, María del Carmen tuvo que enfrentarse otra vez a las cámaras a la salida del edificio, donde sólo pudo decir que para ella se había acabado el calvario. Verónica agradeció a los medios el apoyo prestado pero les comunicó que querían irse a Fontcalent y acabar cuando antes.