A la tercera no fue la vencida. La Audiencia de Alicante tuvo que suspender ayer el juicio por el secuestro de un hombre en la zona del cementerio de Alicante, hecho que acabó provocando la indignación de los propios acusados que reclamaban la puesta en libertad de los implicados que aún están en prisión preventiva por estos hechos. Uno de los abogados que defendía a dos de los catorce acusados pidió la suspensión de la vista porque acababan de ingresar a su esposa por un cáncer terminal, motivo por el que no podía asistir al juicio que tenía dos semanas previstas de duración. Dado que los dos acusados a los que representaba este abogado tenían una participación menor en los hechos, la sala ofreció al resto de los letrados el poder defenderlos para no tener que suspender. Sin embargo, estos renunciaron alegando incompatibilidades, así como falta de tiempo para preparar esta nueva línea de defensa.

No es la primera vez que se tiene suspender la vista. En abril del año pasado, la sala no tuvo otro remedio que aplazarla debido a que la víctima, que es también acusado en este juicio, no se presentara a la vista para declarar al fugado en rebeldía y poder juzgar al resto. La segunda ocasión se señaló en octubre, sin la presencia de la víctima, pero esta vez las defensas plantearon la nulidad de las escuchas del caso y la sala optó por aparcar el juicio hasta decidir que los pinchazos eran válidos.

Tras la suspensión de ayer el juicio se ha vuelto a señalar para el próximo mes de noviembre, pero se celebró una vista para estudiar si se deja en libertad a los dos únicos acusados que están en prisión por estos hechos. La causa se remonta a noviembre de 2011 cuando la Policía investigaba la presunta relación con el tráfico de drogas de clanes asentados en la zona del cementerio de Alicante. De las escuchas telefónicas, los agentes determinaron que algunos de los investigados mantenían secuestrado a un miembro de la organización al que acusaban del robo de un kilo de cocaína y de 40.000 euros.