Katharina Katit-Stäheli fue intervenida quirúrgicamente de urgencia en la madrugada de ayer de una herida profunda en el cuello tras intentar quitarse la vida momentos después de degollar presuntamente a su hijo de diez meses. Fue una operación compleja. La mujer seguía a última hora de ayer ingresada en la Unidad de Cuidados Intensivos, donde pese a su estado de gravedad había agentes de la Guardia Civil custodiando a la detenida. El centro sanitario, que mantuvo informados a los medios de comunicación desde primera hora de la mañana sobre el terrible suceso, no facilitó datos sobre el estado de la ciudadana suiza debido al secreto del sumario, al que también aludió el ministro del Interior para no pronunciarse. Redacción