La red de tráfico de anabolizantes y drogas que la Policía Nacional desarticuló a principios de diciembre en Alicante, Busot y Alfaz del Pi, de la que ya informó este diario, disponía también de una «oficina de cobros» formada por cinco personas que se encargaban de saldar deudas del narcotráfico mediante coacciones y amenazas. La Policía informó ayer de que la fase de las detenciones se precipitó después de que los investigadores descubrieran que planeaban un secuestro. Ante la inminencia del rapto se arrestó a los sospechosos.

La víctima del secuestro era un hombre que presuntamente debía dinero por drogas y la investigación policial desveló que pretendían incluso amputarle los dedos de una mano para obligarle a pagar la deuda. Para ejecutar el secuestro los implicados contaban con una pistola y un revólver, armas que llegaron a utilizar para abrir fuego contra los agentes en el momento en que iban a detenerles.

El comisario general de Policía Judicial, José Santiago Sánchez Aparicio, y el director de la Agencia Española de Protección de la Salud en el Deporte, Manuel Quintanar, presentaron ayer el balance de esta operación, en la que se intervinieron 180.000 dosis de sustancias dopantes que se distribuían en gimnasios de Alicante a deportistas no profesionales.

En la operación la Brigada de Policía Judicial realizó 13 registros en Alicante, Busot, Benidorm y Alfaz del Pi, en los que además de las 180.000 dosis de sustancias dopantes se decomisaron cerca de dos kilos de speed y 600 plantas de marihuana, así como dos armas de fuego reales y otras dos simuladas, dinero falso, coches de alta gama y numerosos teléfonos móviles.

La Policía también ofreció ayer datos de otra operación similar realizada en dos fases en Valencia, con el resultado de 20 detenidos, entre ellos un médico, y 200.000 dosis de sustancias dopantes incautadas. Uno de los arrestados, como ya se informó en julio de 2013, era el ciclista Jesús Risueño, a quien se le acusa de comprar sustancias anabolizantes «para él y para otros deportistas de élite» a través de recetas médicas que elaboraban a cambio de dinero, según las declaraciones recogidas por Europa Press de Javier Molinera, de la Sección de Medio Ambiente, Consumo y Dopaje de la Policía.

Esta segunda operación se inició al sospechar de una persona que recibía en Valencia envíos de paquetes de China y Grecia con sustancias dopantes para almacenarlas y distribuirlas luego a deportistas profesionales, amateur y también en gimnasios. Además usaban otra vía que conseguirlas. Para ello, pagaba dinero por la prescripción fraudulenta de medicamentos anabolizantes. En julio de 2013 se llevó a cabo la primera fase, en la que se detuvo a los responsables de las importaciones, mientras que en la última fase se inspeccionaron 15 farmacias y se registraron dos centros sanitarios. La Policía detuvo al médico que prescribía dichos anabolizantes y se incautó de 600 recetas y más de 200.000 sustancias dopantes.