Alicia Martínez, una joven de 18 años recién cumplidos, comenzó en la mañana de ayer a sacar fuerzas para volver a amar a los perros. Ella ya había tenido un pastor alemán y, en general, le gustan los animales. Pero el ataque de un rottweiler el pasado junio le dejó, además de heridas graves por desgarros en un brazo y la espalda, una incómoda fobia a los perros que ahora intenta superar de la mano de los agentes de la Unidad Canina de la Policía Local de Alicante.
Esta sección de la Policía Local ha puesto en marcha por primera vez en toda España un servicio policial de ayuda a las víctimas de ataques o personas con fobia a los perros. Para ello, la unidad pone a disposición de los afectados a los nueve agentes y ocho perros con los que cuenta para trabajar junto a la víctima terapias de choque con la ayuda de un psicólogo. Alicia es la primera persona en beneficiarse de este proyecto. «Queremos ayudar a la gente pero siempre con el apoyo de un psicólogo, que es el que nos puede indicar a la hora de trabajar», señaló ayer el jefe de la Unidad Canina, Sergio Melgares, quien explicó que los canes de la unidad están entrenados para detectar drogas, no para terapias, y que si hubiese una buena respuesta de la ciudadanía se contará con un perro a partir de enero especializado en tratamientos.
La de ayer consistió en «una aproximación sucesiva cuyo fin es la desensibilización sistemática», explicó Melgares. Alicia es ahora sensible a los perros, «sobre todo a los negros», según concretó ayer ella misma. La terapia consistió en poner a un perro y a un guía a realizar círculos concéntricos en torno a la víctima. Cada vez los círculos se realizan más cerca de ella, hasta que ya no se puede avanzar más por el temor que muestra la paciente. «Ya verás. El fin de todo esto será que Alicia terminará jugando con un rottweiler», avanzó Melgares, que añadió que la siguiente sesión será dentro de unos cuatro días como mucho. «Es bueno que sean sesiones bastante seguidas para no volver a empezar de cero», explica.
Para Alicia fue un día nuevo. «Este ha sido mi primer trocito de tranquilidad, mi primera descarga. Es que después de lo que me pasó veo a cualquier perro de frente y no puedo aguantarlo, creo que me va a atacar, me cambio de lado de acera o me pongo a llorar», indicó.
Heridas en brazo y espalda
Esta joven salió de su casa el pasado mes de junio cuando de repente un rottweiler se le tiró encima. Como llevaba los cascos puestos no pudo escuchar los avisos de un hombre que tuvo que subirse a un árbol para escapar del can, que le causó heridas leves. Sin embargo, Alicia sufrió heridas graves en un brazo y espalda. Un conductor que pasaba por la zona paró y logró apartar al perro y llevar a la chica al hospital de San Juan, donde estuvo seis días ingresada. «Fue mi ángel de la guarda», recuerda Alicia. Su caso se instruye en un juzgado de San Vicente, pero a ella solo le importa superar el trauma y volver a cruzarse con un perro sin tener que temblar.
El edil de Seguridad, Juan Seva, agradeció a la familia la confianza depositada en la Unidad Canina y deseó que el acercamiento se produzca pronto y que estos trabajos le sirvan de ayuda. Destacó la profesionalidad de las actuaciones de esta sección especializada en el control, prevención e incautación de sustancias estupefacientes, «que con su trabajo diario ha logrado alejar la venta y tenencia de drogas en los centros educativos».
