Los compañeros de Francisco José Garzón, el maquinista del convoy descarrilado en Santiago de Compostela y que permanece detenido en el hospital de la capital gallega, solían comentar en broma cuando sabían del retraso de un tren: «ahí viene Garzón». El secretario de organización del sector ferroviario de UGT en Galicia, Ángel Rodríguez, señala que conoce a Garzón desde que ingresó en Renfe en 1982, y alude a este comentario para significar que «no era de los que corriera» sino que se destacaba por ser «muy sensato. No es muy sentido, quizá hasta demasiado tranquilo», añade Rodríguez, a quien le «cuesta creer que cometiera una imprudencia» por su carácter y porque «tiene experiencia como el que más», habida cuenta de que trabajaba en la línea del accidente desde que comenzó a operar hace año y medio. Y recalca que su expediente era «intachable», nunca había tenido ningún accidente ni había sido sancionado. «Es un hombre ejemplar», remata. La investigación aclarará qué ocurrió. efe