La Audiencia sentó ayer en el banquillo a un hombre con un trastorno esquizofrénico por acuchillar a su vecina en su vivienda. El acusado era inimputable por estos hechos dada su enfermedad mental, motivo por el que la Fiscalía reclamaba el internamiento en el Psiquiátrico de Fontcalent durante nueve años y seis meses para recibir tratamiento por intento de homicidio. La vista se iba a cerrar ayer con una conformidad, pero se suscitaron serias dudas en el tribunal sobre si la condena podía basarse exclusivamente en la confesión de un acusado con trastornos paranoides. Por este motivo, tuvieron que declarar tanto la víctima como otro vecino que presenció la agresión protegidos con un biombo.

Los hechos ocurrieron sobre las 23.00 horas del 27 de marzo de 2012 en el barrio de Benalúa. El acusado se presentó en la casa de su vecina con un cuchillo de veinte centímetros de hoja y le asestó tres puñaladas en el cuello, el pecho y el abdomen cuando ésta le abrió la puerta.

El acusado pidió ayer perdón a su víctima y argumentó que en aquella época había dejado de tomar su medicación sin saber que podría realizar actos tan graves. El hombre, que en la actualidad está como preso preventivo en Fontcalent, aseguró que en la actualidad está medicado y se encuentra estable.

La víctima aseguró ayer en el juicio que conocía a su agresor desde hace años y que éste vivía solo, sin que jamás hubiera sospechado que un día subiría a atacarla. En este sentido, dijo que en el vecindario ya estaban acostumbrados a tener que llamar al hermano del acusado cada vez que éste sufría alguna crisis para que se hiciera cargo de él.

El tribunal dio por bueno los informes de los médicos forenses que indicaban que el acusado sufría un trastorno paranoide en el momento que anularon totalmente sus facultades en el momento de la agresión.