La Policía Nacional detuvo en la madrugada de ayer en Alicante a diez miembros del clan familiar "Los Chelines" por su presunta implicación en el tiroteo que se produjo hace dos meses en el barrio José Antonio, donde llegaron a efectuarse una treintena de disparos, según informaron a este diario fuentes próximas al caso. En la operación policial se intervinieron tres armas de fuego, aunque no ha trascendido si son las mismas que se emplearon en el tiroteo, que se saldó sin heridos y se originó por un enfrentamiento con miembros del clan de "Los Amadores".

Las investigaciones realizadas por la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV) de la Brigada Provincial de Policía Judicial de Alicante permitieron identificar a los presuntos implicados y los domicilios donde residen, por lo que se organizó un amplio dispositivo para apresarlos mientras dormían. La investigación la supervisa el juzgado de Instrucción número 9 de Alicante y la Policía les imputa, en distinto grado, delitos de tentativa de homicidio, tenencia ilícita de armas y pertenencia a organización criminal.

Despliegue

Agentes de la Brigada de Policía Judicial y de la Brigada de Seguridad Ciudadana, acompañados de secretarios judiciales, se desplegaron sobre las cinco de la madrugada sobre siete viviendas e irrumpieron en ellas de forma sorpresiva para detener a sus inquilinos y evitar cualquier incidente o que se deshicieran de droga o armas.

La Policía detuvo a diez personas en las siete viviendas y en los registros localizaron dos pistolas y un revólver. Las casas registradas están situadas en el barrio José Antonio y en la zona norte de Alicante.

Las armas serán analizadas ahora por los especialistas de la Brigada Provincial de Policía Científica con el fin de comprobar si alguna se corresponde con los casquillos recogidos el día del tiroteo.

El móvil exacto del tiroteo probablemente no se sabrá con total certeza nunca, pero la Policía sospecha que el enfrentamiento entre miembros de estos dos clanes familiares está relacionado presuntamente con el tráfico de estupefacientes.

El suceso ocurrió la tarde del pasado 14 de febrero en la calle Domínguez Margarit, después de que horas antes acudiesen varias patrullas por un aviso de un posible enfrentamiento entre miembros de dos familias armados con pistolas y navajas.

Al menos una persona efectuó disparos y aunque desató el pánico en el lugar no hubo que lamentar heridos.

En la fachada de un inmueble la Policía localizó al día siguiente varios impactos y un vecino aseguró a este diario que llegó a ver a cuatro personas armadas frente al edificio.