El antropólogo forense Francisco Etxeberria defendió ayer que "está clarísimo" que los restos encontrados en la finca de Las Quemadillas, en Córdoba, corresponden a los dos hermanos Ruth y José a partir de todas las evidencias que se han encontrado. "Desde el punto de vista pericial y forense el tema está perfectamente claro y no hay ninguna duda", señaló el forense, a quien la madre de los pequeños pagó de su bolsillo para hacer un nuevo informe sobre los restos de la finca. Tras participar ayer en Valencia en el curso "Ciencia y Justicia: Del indicio a la prueba en Antropología y Toxicología" que se impartió en la la UIMP, indicó que "la coherencia viene dada desde que se sabe que se produce un fuego la misma tarde de la desaparición de los niños" y que desde el punto de vista forense "tenemos la certeza de que en ese fuego se han quemado los cadáveres, no huesos, los cadáveres de dos menores de seis años y el otro de una edad inferior" y que "no existía ninguna duda de la posición de al menos de un cuerpo". "Esto es así, está probado y muy ilustrado afortunadamente por las fotografías hechas por la Policía de la escenas y del croquis". "A partir de ahí está clarísimo que son ellos", dijo. Etxeberria -quien se encargó de la identificación de los restos de los etarras Jose Antonio Lasa y José Ignacio Zabala- constató que es "imposible" saber la causa de la muerte ni cómo murieron.

Resaltó que en la hoguera se ha encontrado un botón metálico de un pantalón vaquero, más un fragmento de tela de la manga de una especie de camiseta de color verde que "habrá que pensar que son de los niños" porque "obviamente estarían vestidos y obviamente serían sus prendas".