Dos mujeres y una niña han resultado hoy heridas graves al ser arrolladas por un autocar al que se le han soltado los frenos, cuando estaba estacionado, vacío, junto a la Basílica de la Sagrada Familia de Barcelona.

Según fuentes municipales, el accidente ha ocurrido a las 16:41 horas de esta tarde, aparentemente al soltarse los frenos de un autocar particular que estaba estacionado en una calle con ligera pendiente, por lo que el vehículo ha descendido en marcha atrás y ha recorrido cerca de 25 metros.

Testigos presenciales del accidente han explicado a Efe que, al percatarse de que el autocar se precipitaba por la ligera pendiente de la calle Marina, el conductor, que estaba junto al vehículo, ha arrancado a correr mientras gritaba a los transeúntes que se apartaran para evitar ser arrollados.

En marcha atrás, el autocar ha recorrido unos 25 metros y, en el descenso, ha variado ligeramente su dirección y ha acabado subiéndose a la acera y atropellando a las tres mujeres, miembros de la misma familia y que, al parecer, eran turistas que habían acudido a visitar la Sagrada Familia.

Finalmente, el vehículo, de la empresa de transporte discrecional de viajeros por carretera Ripollet Bus, ha quedado parado al colisionar con la marquesina de una parada de la red de autobuses urbanos de Barcelona.

A consecuencia del atropello, han resultado heridas graves las dos mujeres, de 56 y 28 años, y la niña, de 10, por lo que han sido ingresadas en las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI) de los hospitales Vall Hebron y Sant Pau.

Según fuentes sanitarias, la mayor de las tres víctimas está ingresada en el Hospital Vall d'Hebron de Barcelona con una lesión medular, con pronóstico grave, mientras que las otras dos permanecen en el Hospital de Sant Pau con politraumatismos, sin que se haya determinado por el momento si las contusiones han afectado algún órgano vital.

La Guardia Urbana, que ha asumido la investigación del accidente, ha practicado la prueba de alcoholemia al conductor del autocar, que ha dado resultado negativo, y ahora trata de averiguar si los frenos se han soltado por un fallo mecánico del autocar o debido a un error humano, según fuentes municipales.

Un portavoz de la empresa Ripollet Bus, propietaria del autocar, ha explicado a Efe que el vehículo que ha causado el accidente, de la marca MAN, tenía apenas tres meses en funcionamiento y todos los permisos en regla.

La compañía de autocares está a la espera de que sus técnicos inspeccionen el vehículo para analizar si tiene algún fallo de fabricación que ha provocado que se le soltaran los frenos.

Cuando se le han aflojado los frenos, el autocar estaba correctamente estacionado en una área reservada para que los autobuses de turistas que acuden a visitar la Sagrada Familia puedan apearse con seguridad.