La madre de los ocho bebés cuyos cadáveres fueron encontrados en una vivienda de Villers-au-Tertre, en el norte de Francia, fue imputada hoy por "homicidio voluntario de menores de 15 años" y su marido por "no denuncia de crimen y encubrimiento de cadáveres", informó hoy la Fiscalía de Douai.

Según los medios locales, Dominique Cottrez ha reconocido haber asfixiado a los pequeños, aunque asegura que su marido, Pierre-Marie Cottrez, no estaba al corriente de los hechos, que se sospecha transcurrieron después del nacimiento de las dos hijas de la pareja, entre 1989 y 2000.

El que puede convertirse en el mayor caso de infanticidio de la historia de Francia ha conmocionado esa pequeña localidad, donde algunos del escaso millar de habitantes allí domiciliados explicaba en radios locales que eran incapaces de comprender cómo podían haber convivido con la pareja, de 45 y 47 años, sin descubrir el oscuro crimen que se les imputa.

Todo comenzó cuando los nuevos propietarios del chalet en cuyo jardín se encontraron parte de los cadáveres alertaron sobre el macabro hallazgo, el pasado sábado.

Esos nuevos propietarios de la casa, que perteneció a los padres de la presunta asesina, querían replantar un árbol y se encontraron una bolsa de plástico con los restos de un bebé cuando cavaban la tierra.

Efectivos de las fuerzas de seguridad ayudados por perros policía confirmaron lo que se iba perfilando como un infanticidio múltiple.

Se trataba del primer cadáver, al que seguirían un segundo en el mismo sitio y otros seis en una segunda vivienda cercana, situada a un kilómetro de distancia.

Los agentes detuvieron a los presuntos autores del crimen y ella, la supuesta madre de los ocho recién nacidos, confesó el crimen, según varios medios locales.

El fiscal de Douai tiene previsto ofrecer una conferencia de prensa para aportar detalles sobre la investigación.