El avance en la desescalada trae consigo reencuentros "de vital importancia" entre los abuelos y sus nietos, después de más de dos meses de confinamiento sin poder verse, para evitar la expansión de la pandemia del COVID-19.

"Fue fácil y muy ilusionante". Así describe Mariano su primer encuentro con sus nietos, Ángel y Luis, de 7 y 2 años, respectivamente. En una entrevista concedida a Europa Press, asegura que les vio "en casa de los abuelos, el día siguiente mismo en que se autorizó".

El pasado lunes 25 de mayo la Comunidad de Madrid entraba en la Fase 1 de la desescalada, permitiendo las reuniones entre familiares y amigos. Ese mismo día Ángel y Luis fueron a ver a sus abuelos, Mariano y Luisa. "La necesidad era tanta que daba saltos hasta la perra", afirma Mariano, que lo define como "hacer realidad una necesidad aplazada".

Para Mariano, que destaca la "ilusión" de los niños por ver, por fin, a sus abuelos, este encuentro con sus nietos constituye "una necesidad afectiva de primer orden" porque tanto los pequeños como ellos "lo necesitan". "Es un encuentro de vital importancia", subraya.

Sobre cómo transcurrió el reencuentro, Mariano confiesa que no se pudieron resistir a dar algunos abrazos. "Lo primero que hicimos, inmediatamente, fue achucharles", reconoce, para después añadir que lo hicieron "con la presumible garantía y seguridad de saber que ninguno" estaba ni ha estado afectado. "De lo contrario, no hubiéramos corrido el riesgo en ningún caso", remacha.

En este sentido, este abuelo sostiene que no podía permitir ni a él "ni a ellos" el tener que renunciar a un abrazo porque "hubiera sido una segunda condena". Dos meses sin verse físicamente, que Mariano dice haber sobrellevado "bien, sin ansiedad", porque se han visto "casi todos los días por videoconferencia".

"Unos días les hemos encontrado mejor que otros", manifiesta Mariano, que este jueves vio a sus nietos por segunda vez esta semana. "Fuimos andando a verlos. Viven cerca de nuestro domicilio, así que nos presentamos allí, en su casa. Cogimos a los niños y salimos al parque los cuatro. Después, nos sentamos en una terraza a tomar una cerveza, con los dos metros de distancia de seguridad. Tan a gusto", rememora Mariano con gesto de satisfacción.

Otro de esos esperados encuentros fue el de Miguel, de 4 años, con sus abuelos Manuel y Estrella. Por suerte, como su casa tiene jardín, pudieron celebrar el encuentro al aire. "Yo quería esperar un poco más pero bueno, la verdad que su casa es otra historia. Estuvimos solo en el jardín y prepararon tres mesas, una por cada hijo con su pareja, así que estuvimos superseparados todo el rato", relata Noelia, la madre del pequeño.

"Miguel estuvo sin parar todo el rato pero al menos se entretuvo al estar al aire libre. Nos costó, pero conseguimos que no se abalanzarse a los abuelos. Una pena que me dio...", prosigue en una entrevista concedida a Europa Press.

"Nos va a costar mucho"

Esta tarde, el pequeño visitará a sus otros abuelos, Manuel y Pilar, que han reconocido que no sabrán si podrán aguantar las ganas de abrazarse. "Sabemos que es lo correcto pero nos va a costar mucho", reconocen. Desde que empezó el confinamiento debido a la pandemia del coronavirus, Miguel ha hablado muy a menudo por teléfono con sus cuatro abuelos, a quienes ha echado "mucho de menos".

También optaron por la calle para celebrar el reencuentro con los abuelos los padres de Álvaro y Lara, de 7 y 4 años, respectivamente. "Los niños les daban 'abrazos' a los abuelos corriendo a cierta distancia alrededor de ellos, como si fueran planetas girando en órbita y los abuelos, los soles. Fue idea de Lara. A falta de abrazos cualquier idea es buena", afirma su madre, Ana.

En este encuentro, nietos y abuelos iban con mascarilla y luego los pequeños, a una distancia adecuada, se la quitaron para hacerles una actuación a los abuelos. "Por eso fue todo en el parque, para que hubiera espacio suficiente dentro de nuestro grupo y en relación con el resto de personas. Al final nos puede la responsabilidad, aunque es todo muuuy extraño", relata.