Estrés, agobio, nervios o temor son algunos de los sentimientos que provoca cada año en miles de estudiantes de Segundo de Bachillerato la realización de las pruebas de acceso a la universidad, sobre las que sobresale en este 2020 la incertidumbre por un coronavirus lo trastoca todo.

El confinamiento impuesto por el riesgo al contagio ha encerrado en sus casas a los estudiantes, que han tenido que convertir sus espacios domésticos en aulas e incrementar el trabajo individual, la capacidad de concentración y la fuerza de voluntad para suplir la cercanía del profesor y la falta de interacción física.

Una proximidad que echan en falta quienes este año tienen que afrontar esa prueba que puede decidir su futuro y que será "más flexible" por esta extraordinaria situación, a quienes les gustaría poder volver a clase unos días antes para poder repasar con los profesores y no conciben otra forma de hacerla que no sea presencial.

La COVID-19 ha puesto de manifiesto la importancia, incluso necesidad, de las redes sociales para mantener el contacto en tiempos de aislamiento social, pero también la preferencia del contacto diario y físico con el profesor para el aprendizaje entre nativos digitales acostumbrados desde pequeños al uso de dispositivos electrónicos.

"En cuarentena es más complicado llevar al día las asignaturas en las que tienes más dificultad, como Matemáticas y Química en mi caso", afirma a Efe Sara Bello, estudiante del IES Miguel de Molinos de Zaragoza, que cumple 18 años este domingo.

Echa de menos la "interacción con el profesor", poder preguntar directamente en clase, lo que se suple con el correo electrónico, y añade que, en ocasiones, las aplicaciones que utilizan para seguir las clases por internet "no se oyen bien o se cortan".

"Acostumbrada a estar en casa" asume el confinamiento y prefiere tomarse las cosas "con calma". Está a la expectativa de que pudieran reabrirse los institutos antes de realizar la EvAU , que ve bien que se haga del 7 al 9 de julio y espera superar para estudiar Psicología.

"Bastante peor con el confinamiento" lleva el curso Claudia Castán, estudiante del IES Pirineos de Jaca, a quien antes le preocupaba la EvAU -en algunas comunidades denominada EBAU- y ahora "no se concentra igual". Incrementa su preocupación y su estrés la imposibilidad de salir de casa y no tener claro qué quiere estudiar en el futuro.

Hubiera preferido hacer la prueba antes para no perder "semanas de verano", aunque reconoce que gana así tiempo para estudiar y preparar una prueba en la que tendrán "más opciones de elección" para poder descartar temas que no hayan dado.

También está siendo "muy dura" esta situación para Alicia, alumna del San Valero de Zaragoza, porque ha suspendido alguna asignatura en evaluaciones previas, las clases le parecen ahora "más difíciles de seguir" y le cuesta ponerse a estudiar. Valora, no obstante, las "facilidades" que les están dando para recuperar esas materias y cree que, si se lo propone, hará los exámenes.

Una prueba que le produce "incertidumbre", pero más por la situación, el "cómo va a ser y si se va a poder hacer al final".

Es una preocupación compartida por los alumnos "todos los días" con sus amigos, reconoce Ana Galdón, del IES Pirineos de Jaca, no muy agobiada hasta marzo pese a la dificultad de este curso porque lo llevaba "al día". Ahora es "peor por la EvAU", aunque resalta que como prevé estudiar Márquetin o Recursos Humanos, "no piden mucha nota".

Subraya que aunque les han dicho que la prueba va a ser "más fácil y con más opciones, entra todo", incluso temas que no les han explicado, y ve acertado que sea del 7 al 9 de julio porque "han perdido un mes" y así tienen "uno más para estudiar".

También optimista se muestra Iván Azón, alumno del Santa María del Pilar Marianistas de Zaragoza, quien va bien en los estudios y se organiza para compaginarlos con su afición al fútbol -que echa de menos para "gastar energía"-, aunque reconoce que tiene que hacer por el confinamiento "más trabajo individual" y agrega la dificultad de haber tenido que ponerse a estudiar "sin saber una fecha".

En su colegio, explica, programan el curso con un mes para realizar exámenes finales y otro para estudiar los exámenes de acceso a la universidad, por lo que al iniciarse la cuarentena ya tenían "casi toda la materia dada" y ha sido "una suerte", asegura "tranquilo" ante la prueba porque quiere estudiar Ingeniería y "como la nota para entrar no es muy alta" no tiene "los nervios de los que quieren hacer Medicina, Física o Matemáticas".

"Va a ser un poco más fácil para quien no quiera nota", vaticina, aunque cree que poder combinar ejercicios de los dos modelos de examen facilita la prueba para todos. Valora la fecha de julio para su realización porque será "mucho mejor" si pueden volver a clase antes, porque "se nota mucho", para repasar.

Bruno Araguás, alumno del IES Domingo Miral de Jaca, veía el curso "controlado" hasta hace un mes y, aunque reconoce que la forma se seguir algunas asignaturas ha cambiado bastante con el confinamiento, dice que "hace más en casa que en clase" porque tiene que "poner más" de su parte.

El día se le pasa "rápido" con deporte y estudios, "sin nervios" ante la evaluación porque la lleva "bien" y le da igual prepararse "para un mes antes que para uno después". Está "bien pensado y es una ayuda" que se puedan "mezclar" preguntas de los dos modelos de examen, afirma.

Y aunque no tiene decidido qué estudiará, baraja como opción Matemáticas "o algo así".