Javi C., exconcursante del programa de Tele 5 'Mujeres y Hombres y Viceversa (MyHyV)', ha aceptado la pena de nueve meses de prisión por dejar morir de hambre a su perro.

El acusado ha reconocido los hechos que se le imputaban en el juicio que se debía celebrar hoy contra él en un juzgado de lo Penal de València.

La Audiencia de Valencia, que ha firmado la condena, ha decidido que el reo no deba ingresar en prisión para cumplir la pena, a pesar de tener otra condena anterior por violencia de género, siempre que siga el citado curso de reeducación.

Inicialmente el ministerio fiscal pedía para este joven 18 meses de prisión por un delito de maltrato animal doméstico, pero finalmente ha reconocido los hechos y se le ha rebajado la condena hasta los nueve meses.

Además, se le ha impuesto una prohibición de tenencia de animales durante dos años y medio, y deberá abonar las costas del juicio y 117 euros a la Asociación Movimiento y Desarrollo por la Protección Animal (Modepran) en concepto de responsabilidad civil.

Junto a ello, el joven tendrá que hacer un curso de reeducación en materia de animales para evitar el ingreso en prisión.

El joven tenía un perro de raza bulldog americano, llamado 'Mack', de tres años y sin el chip reglamentario, según indicaba el fiscal en su escrito de calificación provisional.

Durante el verano de 2016, Javier viajó durante dos meses a Ibiza y dejó el animal, según su versión, a cargo de un amigo. Cuando regresó de las vacaciones, siempre según su testimonio inicial, encontró al animal en un estado deplorable y lo llevó, sin dar su identidad verdadera, a un centro de protección de animales de Paterna (Valencia), que pudo comprobar que el estado del animal era tan deplorable que no resultaba posible otra alternativa que el sacrificio, dado que no era posible mantenerlo con vida.

El perro presentaba unas pésimas condiciones de salud, con anemia y ganglios aumentados. Además, se encontraba deprimido y desorientado, con dificultades para levantarse y sin poder caminar debido a la desnutrición, con una infección renal grado IV. También padecía Leishmaniosis.

El joven omitió --según el mismo escrito fiscal-- proporcionar al animal el adecuado tratamiento veterinario, limitándose a llevar al mismo a Modepran. Una vez allí, y puesto que el can llevaba meses en ese estado, se le practicó la eutanasia.

Cuando el joven llevó al can a la protectora, afirmó que se había encontrado al animal abandonado y negó ser el propietario. Sin embargo, posteriormente se averiguó que este extremo era falso, con lo que se inició un procedimiento contra él que ha acabado con este juicio y la pena de nueve meses de prisión.