Un equipo de científicos de la Universidad de Granada ha distinguido entre al menos tres tipos fisiológicos de amor y, mediante técnicas de termografía que miden la temperatura de la piel, ha diferenciado entre una emoción pasional, la ternura y el compromiso social.

Científicos del Centro de Investigación Mente, Cerebro y Comportamiento (Cimcyc), de la Universidad de Granada, han utilizado los cambios térmicos de las personas para determinar que existen distintos tipos fisiológicos de amor según su vertiente pasional o más social.

El estudio ha utilizado técnicas de termografía para medir los cambios de temperatura en la piel que se producen en un sujeto cuando observa fotografías de la persona amada, o conversa con ella sobre su intimidad.

En esta investigación se han evidenciado las diferencias que se producen en la temperatura si los componentes del amor son la pasión, la ternura o el compromiso social.

"La pasión se asocia a la novedad de los primeros contactos amorosos, al deseo y a la búsqueda de riesgo, y está vinculada a la dopamina, un neurotransmisor del sistema nervioso central", ha explicado el investigador del Laboratorio de Termografía Emilio Gómez Milán.

Ha apuntado además que en este tipo de amor se establece un juego de poder obsesivo, "del gato y el ratón", en el que siempre hay un dominante, al que le sube la temperatura unos dos grados en cara, manos o abdomen, y un subordinado registra un efecto térmico parecido al del miedo, con bajadas de temperatura en manos y nariz.

En el caso de la ternura o la intimidad, la relación es más recíproca entre los dos miembros de la pareja, a quienes sube la temperatura en torno a un grado en la cara y las manos, pero baja en el abdomen por una vinculación a la oxitocina.

Por último, el compromiso social se vincula con niveles de serotonina, neurotransmisor relacionado con el estado de ánimo, y no provoca cambios térmicos.

El investigador del estudio ha señalado que el amor cambia en función de cada país porque cada cultura tiene su concepto de amor, por lo que en cada sitio puede uno de estos tipos.

En esta investigación participaron 60 personas sanas, hombres y mujeres, de entre 24 y 47 años, que afirmaban estar enamorados y que permanecieron desnudos durante 20 minutos para aclimatarse antes de analizar sus temperaturas y ver imágenes de sus parejas.

Este mismo equipo ha aplicado la termografía al campo de la Psicología para conocer si alguien miente por la temperatura de su nariz o medir "el duende flamenco" de los bailaores o el dolor mental de la llamada "sinestesia tacto-espejo".