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Medio Ambiente

Desertificación en España: el Mediterráneo y el sureste español, los más vulnerables

Un 75% del suelo español está bajo riesgo de desertificación, un proceso agravado por la sobreexplotación del agua y el cambio climático

Almería, con el desierto de Tabernas, es de las zonas más áridas. Shutterstock

Un 75% del territorio español se encuentra bajo riesgo de desertificación. En distintos niveles, pero con un peligro real. Son datos que ha hecho públicos esta semana la organización conservacionista WWF en su informe 'Crónica de una sequía anunciada', pero asumidos también por el Ministerio de Agricultura en su Programa de Acción Nacional contra la Desertificación. Se trata de un problema complejo, pero que amenaza con agravarse con el cambio climático, que podría suponer un incremento de las temperaturas en España por encima de la subida media prevista por los organismos internacionales. Mediterráneo y sureste son las zonas en alerta por un fenómeno que los expertos advierten que seguirá agudizándose si no cesa la sobreexplotación de recursos hídricos y que puede extenderse también a la mitad norte del país.

"La desertificación es una suma de procesos: erosión del suelo, salinización de las aguas para cultivos, escasez de lluvias, las sequías prolongadas, la sobreexplotación de los acuíferos y un modelo de agricultura intensiva", expone Javier Andaluz, coordinador de Clima y Energía en Ecologistas en Acción. Las lluvias torrenciales ocasionales y los incendios forestales, un problema que se recrudece en verano, es otra circunstancia que se suma al abandono de tierras de cultivo. "El abandono de la agricultura tradicional también genera desertificación, porque perjudica al suelo. El desarrollo agrícola ha destruido muchos bosques. Si no hay vegetación, se produce erosión", subraya Manuel Regueiro, presidente del Colegio de Geólogos de España.

Las zonas del Mediterráneo y del sureste español son las que presentan mayor riesgo de convertirse en espacios desérticos

Regueiro añade, además, dos factores de actualidad que incrementan el riesgo de que un territorio se desertifique. Por un lado, la actividad turística, concentrada en el Mediterráneo y que, sumado al hecho de que ya es un espacio que aglutina gran parte de tierras de cultivo, provoca que haya una utilización de recursos hídricos negativa para el ecosistema natural. Por otro, el fenómeno de la 'España vaciada'. "Se tiende a un modelo en que las ciudades ganan población y los pueblos la pierden. Eso hace que queden abandonadas superficies de cultivo. En una zona árida no crece nada", indica el presidente del Colegio de Geólogos.

El desierto de Mahoya, en la Región de Murcia. Shutterstock

El Ministerio de Agricultura ha tipificado lo que denomina "paisajes de la desertificación". Ahí incluye los cultivos leñosos, como olivos, frutales y vides, los cultivos extensivos de secano "que no son objeto de conservación", las superficies afectadas por el "sobrepastoreo" y los cultivos de regadío sometidos a riesgo de convertirse en espacios desérticos. Para el representante de Ecologistas en Acción, el modelo intensivo de agricultura de regadío, así como de la ganadería, ha traído consigo que se esté explotando por encima de sus posibilidades el consumo de agua.

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El mapa de riesgo de desertificación que maneja el Ministerio de Agricultura sitúa a las comunidades del Mediterráneo y del sureste como las más afectadas. En concreto, provincias como Alicante, Valencia, Almería, Albacete, Cuenca y la Región de Murcia. El geólogo Manuel Regueiro va más allá y traza una línea que va desde Tarragona a Sevilla, añadiendo además a los archipiélagos balear y canario entre las zonas de riesgo. "Se trata de espacios en los que se ha producido una explotación agroalimentaria muy intensiva, que soportan sequías y en los que han proliferado muchos pozos subterráneos y extracción excesiva de agua", añade Javier Andaluz, de Ecologistas en Acción.

La erosión del suelo por las sequías y el abandono de tierras cultivables son factores de riesgo a los que se suma el fenómeno migratorio hacia las grandes ciudades

De cara al futuro, la acción del cambio climático agravará previsiblemente el problema de la desertificación. "El incremento medio a nivel global de las temperaturas es de un grado, pero en España es de 1,2. Creemos que va a acelerar el riesgo de desertificación y que también va a llevar este proceso hacia el norte de la península", indica Javier Andaluz. Restaurar la cubierta vegetal y la masa forestal de las superficies más afectadas, así como desarrollar un modelo agrícola sostenible son algunas de las medidas puestas en marcha desde hace algunos años por el Ministerio de Agricultura, además también de la denominada 'condicionalidad' en las ayudas al sector de la agricultura. Es decir, que los mayores beneficiarios de estas subvenciones serán aquellos productores que integren las consideraciones medioambientales. "Si no consigues repoblar y reforestar un territorio, quedará abandonado y con mayor riesgo de desertificación y, ¿quién va a querer vivir en un desierto?", se pregunta el geólogo Manuel Regueiro.

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