Tras intensas sesiones semana tras semana, este miércoles el juez Marchena concluía el juicio a los 12 líderes independentistas acusados de delitos de sedición, rebelión, malversación, desobediencia y organización criminal con un "Muchísimas gracias a todos, visto para sentencia".

El que se considera el juicio más mediático en la historia democrática de España echa el cierre tras cuatro meses y 52 sesiones que dejan momentos memorables para la hemeroteca judicial y que han servido para hacer la radiografía más completa del "procés". Doce acusados, 422 testigos y un sinfín de vídeos.

A lo largo de este tiempo, ciertos términos jurídicos han llenado los periódicos, como es el caso de la sentencia 'Visto para sentencia'.

Según explica la RAE, ésta es la fórmula que utiliza el juez o presidente del tribunal para dar por concluido los debates del juicio oral, señalando que el procedimiento ha acabado y que queda pendiente la resolución final.

La última jornada del juicio del 'procés' estuvo protagonizada de nuevo por los acusados, con alegatos en defensa del diálogo como solución a un conflicto político. Se espera que la sentencia llegue en otoño, previsiblemente, antes de que se cumplan dos años de la situación previsión preventiva de los Jordis (16 de octubre). Llegados a esta fecha tocaría, o bien prorrogar la prisión preventiva o bien la salida de la cárcel.

Tras la sentencia, cabrá recurso ante el Tribunal Constitucional y, se prevé que las defensas acudan al Tribunal Europeo de Derechos Humanos de Estrasburgo para denunciar vulneraciones de derechos durante el proceso.

Un tribunal en busca de unanimidad

Ahora, todas las miradas están puestas en los magistrados del tribunal del "procés", conscientes de que su decisión pasa por alcanzar la unanimidad para evitar polémicas y resquicios jurídicos con el Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo en el horizonte de los acusados.

Seis hombres y una mujer a quienes se ha presentado como los últimos garantes del Estado de Derecho frente al desafío secesionista catalán, que tendrá un punto de inflexión cuando se dicte la sentencia.

Una resolución que será la respuesta jurídica a la vectores soberanistas de Cataluña niegan ya legitimidad, como hizo ayer el president Quim Torra al tildar el juicio de "farsa".

Porque los hechos juzgados son jaleados fuera del Tribunal Supremo por unos y rebatidos por otros, hasta el punto de convertir a la vista del "procés" en la madre de los juicios paralelos.

La trascendencia política de esa sentencia será innegable y las lecturas de lo que reflejen los hechos probados no serán compartidas por todos los actores implicados en el problema catalán, lo que abrirá la puerta a un debate de alto voltaje.