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Alimentación

Alimentos ecológicos: ¿Son mejores que los convencionales?

Confrontamos el mensaje de los defensores de esta práctica con el discurso, más escéptico, de quienes no ven tan claros los beneficios

La producción ecológica crece cada año en España. Shutterstock

Los alimentos ecológicos constituyen una opción al alza para cada vez más consumidores españoles. Verduras y también carnes que prescinden, en su producción, de sustancias químicas de síntesis pero que mantienen las propiedades nutritivas de los alimentos convencionales y minimizan los efectos negativos sobre el Medio Ambiente. Así es la definición que da el Ministerio de Agricultura. Sin embargo, su aplicación no pone de acuerdo a todos.

Mientras muchos de sus defensores la consideran un sistema productivo con mayores cualidades nutricionales y medioambientales, otro discurso aduce que no necesariamente debe serlo 'per se', ya que sostiene que tampoco se han hallado evidencias científicas de más aportes de nutrientes y que, aunque en un porcentaje reducido, también se hallan casos de componentes químicos en su elaboración.

Los principios básicos de la agricultura ecológica. Gráficos: Izaskun Garaizabal

"Hay una tendencia social a consumir productos más naturales. Con el avance de algunas enfermedades, se extrapola que todo lo natural es mejor que lo sintético, cuando en realidad no es así. Hay productos nocivos para la salud y esos pueden ser tanto convencionales como naturales. Además, no hay evidencia científica de que, producidos ambos con ajuste a las normas, un alimento ecológico sea más saludable que el otro. Los valores nutricionales son idénticos", explica Miguel Herrero, científico del Instituto de Investigación en Ciencias de la Alimentación del CSIC y autor del libro 'Los falsos mitos de la alimentación'.

"No hay evidencia científica de que, producidos ambos con ajuste a las normas, un alimento ecológico sea más saludable que el otro"

Miguel Herrero, científico del Instituto de Investigación de Ciencias de la Alimentación

Herrero destaca un estudio de 2018 realizado por la EFSA (Autoridad Europea para la Seguridad de los Alimentos) que concluía que, si bien en un porcentaje menor al de los convencionales, también se habían encontrado restos de plaguicidas sintéticos en los ecológicos. Para el científico del CIAL, "no hay duda" de que se emplean pesticidas, aunque no de forma generalizada, y subraya que un modelo de producción ecológica "mal entendido" puede contaminar el Medio Ambiente. Y cita como ejemplo el uso incorrecto de los purines de cerdos, al tiempo que indica que en la producción ecológica también se cultivan productos en invernaderos o se emplean tractores de gasolina que lanzan residuos de combustibles fósiles.

Fuentes: EPRS, Eurostat, Eurobarómetro y FiBL.

Una opinión distinta a la del científico del CIAL emite Luis Ferreirim, responsable de la Campaña de Agricultura de Greenpeace España, que cree que los residuos químicos hallados en investigaciones como la de la EFSA son la consecuencia de la "coexistencia" de los dos modelos agrícolas. "Esa contaminación se produce por cruzarse con los restos de cultivos tradicionales. El campo no tiene barreras", dice Ferreirim, que no obstante admite de manera implícita que, aunque muy estrecho, existe un componente de fraude en algunas cadenas de producción ecológica por el empleo de esos pesticidas o fertilizantes sintéticos. Sin embargo, "la agricultura ecológica es la más controlada que existe, ya que pasa revisiones con regularidad", indica.

"La producción ecológica no es el reflejo de una moda, sino de un cambio de mentalidad. Somos cada vez más conscientes de que importa lo que comemos"

Luis Ferreirim, responsable de la Campaña de Agricultura de Greenpeace España

"Se intenta evitar el fraude, pero lamentablemente la condición humana es como es. Hay que ser más estrictos, pero no podemos permitir que una minoría que hace más las cosas tire por la borda el trabajo de mucha gente", agrega. A su juicio, la cadena ecológica presenta "valores añadidos", como una mayor presencia de nutrientes, como antioxidantes o vitaminas, gracias a que la rotación de los cultivos y los principios de bienestar animal garantizan que el suelo no se empobrezca y permita cosechas posteriores.

Fuente: Ministerio de Agricultura.

Lo cierto es que, de la mano de una creciente preocupación por la trazabilidad de los alimentos y de una mayor conciencia medioambiental, el consumo y producción de raíz ecológica se ha abierto paso de manera incontestable en la última década, gracias sobre todo el empuje de los sectores jóvenes de las sociedades occidentales. Estados Unidos lidera el tablero mundial, mientras en Europa son Alemania y Francia las que encabezan el mercado de consumo y producción. La normativa europea alimentaria es la que regula las condiciones por la que una producción ecológica debe recibir el sello acreditativo. Una condición que les obliga a reunir los mismos estándares de calidad que los alimentos convencionales prescindiendo de productos químicos de síntesis para combatir plagas o malas hierbas.

Fuente: Instituto de Investigación de Agricultura Orgánica (FiBL).

Otro de los puntos de debate en torno a la producción ecológica gira en torno a los precios. En términos generales, estos productos requieren de más tiempo y más trabajo para estar listos, lo que conlleva que estos incrementos de costes deban ser asumidos por los consumidores. "Potencialmente, si la agricultura ecológica la entendemos en términos de explotaciones más pequeñas, con rotación de cultivos, sí debería ser mejor para el Medio Ambiente, pero igual no tendríamos alimentos tan económicos o que lleguen a todos", indica el científico del Instituto de Investigación en Ciencias de la Alimentación. España es el primer país europeo en superficie de cultivos ecológicos, con 2,1 millones de hectáreas, por delante de Italia con 1,9 y Francia con 1,7.

Fuente: Ministerio de Agricultura.

"Hay una tendencia muy clara de que lo ecológico es siempre mejor. Puede serlo, pero no tiene porqué necesariamente. En el caso de la agricultura convencional, si los pesticidas se emplean de manera razonable, no tiene porque haber ningún problema medioambiental. Al final, todo depende de que cada productor sea honesto, sea cual sea el modelo que aplique. Un producto de cercanía, cosechado el día antes, va a ser mejor que algo que se ha traído hace cinco días o que ha estado en una cámara de conservación, aunque sea ecológico", resume Miguel Herrero. Para Luis Ferreirim, de Greenpeace, la agricultura ecológica "no es el reflejo de una moda, sino de un cambio de mentalidad. Las personas somos cada vez más conscientes de que importa lo que comemos, no solo para nuestra salud, sino también para el planeta. Los productores convencionales no deberían verla como una amenaza, sino como una oportunidad, porque la producción ecológica es la única solución de futuro".

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