Froilán Sánchez tuvo ayer un buen motivo para convertirse durante siete horas en la única persona atrapada en su propia vivienda por el temporal de lluvia. Este vecino de 89 años y que desde hace tres vive solo en su casa de Los Praos, en la parroquia ovetense de Colloto, se negó a bajar hasta el bajo de su casa de dos plantas hasta que alguien le llevase unas katiuskas. La razón la tenía muy clara: "A mi edad no puedo mojarme porque luego puedo pillar un catarro".

A pesar de sus años, Sánchez se encuentra en buen estado físico y la cabeza le funciona "como un reloj". Sin embargo, es consciente de su condición de "casi nonagenario" y trata de tomar todas las precauciones posibles para mantener su salud de hierro. De hecho, su principal preocupación durante el tiempo que pasó aferrado a las escaleras y al primer piso de la vivienda era acceder a su medicación. "Necesito ayuda ya para desayunar y tomar las pastillas", clamó desde la ventana del primer piso ante la imposibilidad de entrar a la cocina ubicada en la planta baja sin mojarse.

Aunque Sánchez se levantó pasadas las nueve de la mañana, no fue hasta más tarde cuando pudo advertir a sus hijos de lo que sucedía. Hasta el lugar se desplazó su vástago Alfredo, quién por carecer de katiuskas tampoco pudo hacer nada hasta primera hora de la tarde. "Esperamos durante un tiempo la ayuda de la Policía Local, pero al final fuimos a la tienda, compramos tres pares de katiuskas y lo sacamos como pudimos", relató el hijo de "Floro" -como éste llama a su progenitor-, a cuya vivienda de La Corredoria fue trasladado el anciano para poder alimentarse y tomar los medicamentos.

La familia se mostró indignada por una situación que se repitió por tercera vez desde que se acometieron unas obras en la zona para dotar de un aparcamiento privado al polígono del Espíritu Santo. "Hacen obras sin ninguna previsión y ahora nosotros pagamos el pato", relatan los miembros de la familia Sánchez, muy preocupados por los importantes daños causados por el agua en la vivienda.

Seis menores desalojados

El rescate de Froilán fue sólo una de las muchas incidencias provocadas por el temporal en la zona rural de Oviedo, especialmente en Trubia. Fue en esta última área, concretamente en Piedrallasa, donde una familia con seis menores tuvo que ser desalojada por los daños provocados por el agua a la vivienda. Dos de los niños fueron realojados con unos familiares y los otros cuatro pasaron la noche con sus padres en un hotel a la espera de una solución. Del mismo modo, hubo numerosos argayos y cortes de carretera, el más importante en la AS-233 que une Trubia con Escamplero a la altura del bar Casa Puyo, también desalojado.