Son la generación XXX, con el sexo al alcance de la mano, de la vista, a golpe de "click". El documental "Sexy Baby" arrancaba con una pregunta a cuatro jóvenes: "¿Cuántos de vosotros habéis colgado una foto vuestra desnudos?

Los cuatro levantan la mano. A partir de aquí, este documental, que se estrenó en 2012 en el Festival de Tribeca, nos presenta a sus tres protagonistas.

  • Nakita, una ex estrella del porno, bailarina de striptease, inmersa en la vida sexual.
  • Laura, una profesora de 22 años que, a petición de su novio, va a hacerse una cirugía genital, una labioplastia.
  • Winnifred, de 12 años. Su ídolo es Lady Gaga. La niña posa como la diva, y viste como ella.

El sexo llegó a sus vidas demasiado pronto, gracias a las nuevas tecnologías e Internet. Es el crudo retrato de una generación que no conoció los dos rombos ni barrera alguna para consumir contenidos adultos.

En abril de 2017, cinco años después, Jill Bauer y Ronna Gradus, las directoras de "Sexy Baby", estrenaron "Hot girls wanted", otra película documental que presenta las vidas de chicas jóvenes, de entre 18 y 19 años, implicadas en el mundo del porno amateur, al que entran gracias a las facilidades que ofrece Internet.

Este trabajo, actualmente en el catálogo de Netflix, profundiza en la motivación de estas adolescentes y jóvenes que prueban suerte en la pornografía, una de las industrias que más dinero mueve a nivel mundial y en cuyas alcantarillas se mueven los depravados que buscan vídeos porno de niñas y de sexo con menores.