Alrededor de 40.000 mujeres narraron en primera persona las violencias machistas que habían padecido en sus vidas gracias al movimiento #Cuéntalo, que ahora se ha convertido en un archivo interactivo con el objetivo de preservar esta "memoria colectiva del dolor de las mujeres" y de visibilizar la realidad.

El fenómeno #Cuéntalo, que arrancó en abril a raíz de la sentencia de La Manada para denunciar públicamente situaciones de acoso y agresiones sexuales, llegó a extenderse a través de la red social Twitter hasta a 60 países y a generar en solo 14 días 2,75 millones de interacciones.

Con 790.000 usuarios involucrados, sobre todo de España y Argentina, en torno a #Cuéntalo se escribieron 160.000 tuits originales que denunciaban distintos tipos de violencia y que recibieron 2,59 millones de retuits y 5,5 millones de "me gusta".

Ahora todo ese material se ha recopilado en www.proyectocuentalo.org gracias a la colaboración desinteresada de investigadores del Centro Nacional de Supercomputación (BSC) y de la Asociación de Archiveros-Gestores de Documentos de Cataluña, para que este relato sirva para conocer la prevalencia y la verdadera naturaleza de unas agresiones que durante mucho tiempo se mantuvieron en silencio.

"Las mujeres han participado en la narración de la violencia machista que han sufrido. Es una barbaridad que hemos conocido y ahora se ha convertido en una memoria colectiva", ha explicado este jueves la periodista Cristina Fallarás, impulsora de #Cuéntalo, en una rueda de prensa.

A partir de los 40.000 relatos en primera persona y de otros 10.000 en segunda, los investigadores han elaborado un algoritmo para analizar y dar visibilidad a las distintas violencias que padecen las mujeres.

Con el análisis de 13 gigas de datos, ha destacado la periodista Karma Pairó, se puede entender "lo terrible" de estas violencias.

¿Qué descubrieron los investigadores al analizarlos? Que el asesinato, las violaciones, las agresiones sexuales, el acoso y el miedo eran los protagonistas de estas historias.

Uno de cada diez tuits eran relativos a un asesinato; uno de cada siete, sobre violaciones; tres de cada diez, de agresiones sexuales; uno de cada seis, de maltrato; un tercio sobre acoso y otro tercio sobre el miedo.

Más de 3.000 tuits narraban agresiones a menores de edad, 1.000 de ellos sufridas por niños de menos de 12 años.

El archivo de visualización de datos desvela que el 38 % de los mensajes en Twitter se escribieron desde España y un 30 % desde Argentina, mientras que desde este país se hicieron el 43 % de los retuits.

Los investigadores también han detectado que 4.000 personas escribieron mensajes contra el movimiento #Cuéntalo: la mayoría hombres que se quejaban de que las mujeres se inventaban las denuncias de agresiones que contaban.

A diferencia del #metoo, #Cuéntalo ha sido una ruptura del silencio protagonizada por mujeres anónimas, ya que el 75 % de las usuarias que narraron violencias tenían menos de 3.000 seguidores en Twitter.

El análisis de todos los mensajes, según Fallarás, evidencia que la inmensa mayoría de las agresiones y violaciones se producen en el ámbito familiar.

La informadora ha asegurado que este nuevo proyecto ayudará a los poderes públicos y a la sociedad a entender la naturaleza de las violencias machistas: "Se ha abierto una puerta, las mujeres han narrado de forma espontánea y con sus palabras la violencia y eso debe modificar nuestra visión".

El archivero Vicenç Ruiz ha sostenido que la iniciativa no sólo contribuirá a la "reparación" de las víctimas y a denunciar la violencia, sino que aportará datos que sirvan para romper el discurso tradicional machista.

Fallarás ha avanzado que se creará una herramienta para seguir recogiendo y categorizando datos de agresiones machistas en la red, sin embargo ha precisado que es necesario que la administración pública se implique para que el proyecto "pueda seguir".

Con este fin, los responsables de esta iniciativa ya se han puesto en contacto con el Gobierno, con el Parlamento Europeo, con la Generalitat de Cataluña y con los ayuntamientos de Barcelona, Madrid y Zaragoza.

"Mujeres valientes se dejaron la piel y los recuerdos en narrarlo, no puede caer en saco roto, no se puede perder la memoria de las mujeres", ha aseverado la periodista.

A su juicio, la ruptura colectiva del silencio contribuyó la pasada primavera a que muchas mujeres pudieran desprenderse del sentimiento de culpa que sucede a una agresión sexual y a que se hayan generado "mecanismos de identificación irrefutables" de las violencias que padece la mitad de la población mundial.