El peligro de la historia única

1) Visión de Aina Clotet: En el comunicado en twitter de dos páginas que emitió el 20 de noviembre cuenta como ha vivido ella la historia de su despido, consecuencia de su embarazo. Desde mi punto de vista, es respetuoso, claro y conciso. "Soy consciente de la enorme presión que conlleva dirigir y producir un proyecto como éste", señala, al tiempo que subraya que "es necesario mostrar la otra cara de la moneda la presión que tiene una mujer embarazada para decidir si esconde su embarazo para conservar su trabajo o lo explica para favorecer la organización del mismo". Suena a coherencia en ambas visiones.

2) Visión de Leticia Dolera: En su versión, a través de una entrevista a La Vanguardia, defendió: "El papel reservado para Clotet era el de una mujer que se toma la píldora para no quedarse embarazada, que quiere reconectarse con su sexualidad y su sensualidad, por lo que hay diferentes escenas de sexo que no podían encajar con una persona que, al inicio de la grabación de la serie, estaría embarazada de cuatro o seis meses". Suena respetable, aunque Aina Clotet subraye que hubiera estado en tres meses y medio de gestación.

3) Visión de Manuel Burque: El coguionista argumentó que el de Aina va a ser "un personaje cuyo motor principal es no querer estar embarazada. Durante la serie, explora su sexualidad alejándose cada vez más del matrimonio. Hay bastantes escenas de sexo, algunas bastante explícitas. Cuando Aina comunicó su situación se creó un gabinete de crisis para intentar adaptar todo el plan de rodaje a ella. Leticia Dolera ha impulsado una producción femenina, más de un 70% de equipo femenino, cinco compañeras han trabajado en el rodaje embarazadas (la directora de casting dio a luz antes de terminar la preproducción)".

4) Visión de Jorge Javier: "Me faltan datos. Ante eso tenemos que ser muy cautos. No me gusta eso de que ahora todos estén contra Leticia Dolera. Ella tiene razón en todo lo que ha estado diciendo sobre la mujer. Espero que todo su discurso no se pierda ni se olvide por este caso", declaró el presentador a La Opinión de Murcia.

5) Visión de Melani Olivares: "Creo que si se quiere se puede rodar embarazada. El mejor ejemplo era mi personaje que no se podía quedar embarazada porque no tenía pareja y allí estaba yo con mi embarazo. Hicieron como si tuviera gases, me hacía pasar delante de cajas€ ¡y mi cara era de estar muy preñada! Yo dejé de rodar cuando estaba de ocho meses y luego me reincorporé a la serie pasados los cuatro meses de dar a luz", reconoció la actriz a Diez MinutosDiez Minuto.

6) Visión de Lorena G. Maldonado: La periodista de elespanol.com hizo un análisis crítico: "A Leticia Dolera se le exige pulcritud moral porque ha hecho del feminismo su negocio y su Leitmotiv. Porque ha redondeado su marca surfeando en el Me Too. Porque ha vendido ejemplares de Morder la manzana como churros. Dolera se ha beneficiado monetariamente de la causa pero, en realidad, ¿qué ha perdido por ella? Ser feminista no es un paseo por el campo: cuesta quebraderos de cabeza, enemistades, tiempo y dinero."

7) Visión de "las actrices": "Esta situación solo tiene que servir para generar un debate constructivo y buscar soluciones para evitar la desprotección legal en la que se pueden encontrar las actrices y el resto de las profesionales del espectáculo en momentos tan importantes como el embarazo o la maternidad. Las mujeres de los medios audiovisuales, como el resto de mujeres del mundo del arte y la cultura, tenemos una problemática específica que debería estudiarse y resolverse con medidas que garantizasen nuestra igualdad en las condiciones concretas de nuestra profesión, donde no hay continuidad laboral y donde se trabaja con el cuerpo", indicó la Asociación de Mujeres Cineastas y de Medios Audiovisuales (CIMA) en un comunicado.

8) Visión de Isaías Lafuente: "Este de declaraciones alimenta la polémica perfecta, porque es defendible que una directora exija a una actriz las condiciones que se daban en el cásting, como también lo es que interesando la actriz porque es buena no sería la primera vez que se usasen todos los recursos que permite el cine para disimular su embarazo. Pero la polémica se agranda porque a la circunstancia de la actriz se suma el perfil de la directora, convertida en los último tiempos en abanderada del feminismo. Si Aina Clotet hubiese participado en la producción, la peripecia por vencer todos los obstáculos habría sido un valor añadido para una serie marcadamente feminista. Como no ha sido así, pues también parece normal que se debata sobre una circunstancia cuando menos embarazosa", comentó el periodista de La Ventana.

9) Visión personal

Quizá una de las claves para llegar a consensos sea aceptar el no consenso. Es decir, que una sola voz no marque la línea de la verdad. Es posible que si todos conociéramos más datos de la historia le quitaríamos hierro. Chimamanda Ngozi Adichie lo hace, arrojando luz, cuando en la página 23 de su libro El peligro de la historia única, expone: "Siempre he tenido la impresión de que es imposible conocer debidamente un lugar o a una persona sin conocer todas las historias de ese lugar o d esa persona. La consecuencia del relato único es la siguiente: priva a las personas de su dignidad. Nos dificulta reconocer nuestra común humanidad. Enfatiza en qué nos diferenciamos en lugar de en qué nos parecemos". Una vez dicho esto, además de exponer ocho visiones sobre el conflicto entre ambas actrices, me da la impresión que estamos viviendo un momento en el que posicionarse o equivocarse en algo parece imperdonable. ¿Por qué Leticia Dolera tiene que ser perfecta (ejemplar) cuando se trata de temas feministas? Es tan imperfecta (humana) como todos. Empatía aparte, Isaías Lafuente estuvo, desde mi perspectiva, muy acertado cuando afirmó: "Si Aina Clotet hubiese participado en la producción, la peripecia por vencer todos los obstáculos habría sido un valor añadido para una serie marcadamente feminista".