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Día Mundial de la Lucha contra el Sida

"Una cuarta parte de las personas que tienen el VIH no lo saben"

Roger Paredes, médico especialista en sida, narra los avances para erradicar el virus

A pesar de que hace 37 años fue catalogada por los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de los Estados Unidos, el sida sigue siendo una pandemia a nivel global que afecta a 37 millones de personas en todo el mundo. En España, 145.000 personas viven con el VIH y cada día diez nuevas personas reciben este temible diagnóstico. Por eso, las campañas de concienciación, prevención y visibilización por el Día Mundial contra el Sida cobran especial importancia en la actualidad para alertar de que aunque se haya convertido en una enfermedad crónica, sigue tratándose de una enfermedad grave y muy estigmatizada socialmente. [Consulta en el siguiente gráfico los avances científicos en la lucha contra el sida].

"Le pediría a la gente que se ponga en el lugar de una persona infectada por el VIH y se pregunte si lo comunicaría en el trabajo o cómo se lo contaría a una persona que conoces una noche. Seguramente tendría miedo a ser rechazado, porque las personas infectadas por el VIH siguen padeciendo discriminación. Es una enfermedad que impacta mucho en la vida de las personas", cuenta Roger Paredes, doctor en Medicina y Cirugía por la Universitat Autònoma de Barcelona, especializado en resistencias del VIH en el hospital Brigham and Women's de Boston, perteneciente a Harvard Medical School. Virólogo de la cohorte europea EuroSIDA, miembro de la Red Mundial sobre Farmacorresistencia del VIH de la OMS y de la International Antiviral Society-USA (IAS-USA), es, además, coautor del algoritmo Rega para la interpretación de las resistencias a los antirretrovirales.

-¿Qué avances científicos se han logrado desde que en 1981 los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de los Estados Unidos reconocieron el sida como una enfermedad?

-Muchos. De hecho, ha sido probablemente una de las enfermedades en la que se ha avanzado más en menos tiempo. Se ha aprendido a diagnosticarla con mucha facilidad, a desarrollar métodos diagnósticos para seguir su evolución y poder actuar a tiempo antes de que aparezcan los problemas, se ha desarrollado un tratamiento que ha permitido realmente controlar el virus y la infección, disminuir muchísimo la probabilidad de que las personas se mueran, alargar mucho la esperanza de vida y además demostrar que si una persona toma bien la medicación y mantiene el virus indetectable no transmite este virus a otra persona.

-¿Y a nivel social también se ha avanzado a este ritmo?

-Es una enfermedad que a día de hoy no es una enfermedad necesariamente mortal como era hace veinte o veinticinco años, y esto ha ayudado a que se pueda hablar con más tranquilidad. Se ha disminuido la histeria alrededor de lo que era esta enfermedad. Sin embargo, sigue existiendo un estigma y una discriminación, que a veces no son tan obvios, quizás son más latentes, pero que siguen estando ahí.

-¿Cree que las nuevas generaciones han perdido el miedo a infectarse, lo ven como algo del pasado?

Hemos mejorado tanto el diagnóstico de los pacientes, que existe quizás la percepción entre los jóvenes de que está controlado y de que es una enfermedad que no va con ellos, pero hoy en día la gente sigue infectándose por el VIH y siguen diagnosticándose nuevos casos cada día, por lo que sigue siendo muy importante extremar la prevención y hacer que las personas que están infectadas vengan a vernos para que les podamos poner tratamiento.

-¿Hacia dónde se encaminan las últimas investigaciones en las que está participando?

-En la unidad de sida del hospital Can Ruti y en el laboratorio de IrsiCaixa estamos trabajando para curar la infección y eliminarla. Mi grupo concretamente está muy interesado en el papel del microbioma. Tenemos un kilo y medio de bacterias, aproximadamente, que ejercen unas funciones inmunitarias muy importantes. Estimulan el sistema inmunitario, le enseñan a funcionar correctamente y hemos visto que en personas afectadas por el VIH, sobre todo cuando se deteriora mucho el sistema inmunitario, este microbioma cambia por lo que nos interesa mucho ver si cuando ponemos tratamientos antirretrovirales y este microbioma se recupera, podemos modificarlo para estimular al sistema inmunitario.

"Queremos despertar el sistema inmunitario para conseguir que encuentre las células con virus y las eliminar"

-¿Si se estimula el sistema inmunitario podría curar nuestro propio cuerpo la infección del VIH?

-Sí. Seguramente para curar la infección necesitaremos combinar varias estrategias: dar anticuerpos, vacunas y quizás algunos fármacos concretos, además de modificar el microbioma. A día de hoy, es parecido a lo que se está haciendo en cáncer. Hasta ahora había una serie de cánceres que no se podían curar y ahora están empezando a curarse mediante el estímulo del propio sistema inmune. Han salido una serie de fármacos que lo que hacen es despertar al sistema inmunitario de manera que pueda detectar las células cancerosas y eliminarlas. Aunque no es la misma enfermedad, también queremos despertar el sistema inmunitario para conseguir que encuentre las células que están acantonadas con virus y las pueda identificar y eliminar. Eso nos permitiría realmente curar la infección. Empezamos a ver señales en modelos animales en los que esto seguramente sería posible en unos años. Aunque va a ser muy difícil, estamos esperanzados de que mediante esta modulación del sistema inmunitario conseguiremos eliminar el VIH.

-¿Confía entonces en que seremos capaces de encontrar una cura efectiva?

-Los avances logrados nos permiten adivinar un futuro, que no será inmediato, pero es probable que en unos años podamos controlar la epidemia. Si pudiéramos diagnosticar y tratar a todas las personas que están infectadas en este momento, lograríamos cortar la transmisión.

-¿En qué consiste el tratamiento actual?

-En la mayoría de casos es un comprimido que en su interior lleva o dos o tres fármacos y se toma una vez al día. Son tratamientos muy bien tolerados, a diferencia de los medicamentos que teníamos hace algunos años. Realmente consiguen unas tasas de éxito muy elevadas. Más del 95% de nuestros pacientes que siguen este tratamiento consiguen suprimir el virus, recuperar el sistema inmunitario y no transmitir la infección a otras personas, con lo cual son tratamientos muy buenos.

Además, estamos participando activamente en los estudios clínicos desarrollados por distintas industrias farmaceúticas para la aprobación de tratamientos antirretrovirales que se puedan administrar una vez al mes o una vez cada dos meses. Seguramente el año que viene podremos tener ya un primer fármaco mensual en las farmacias. No es ilusorio pensar que en un futuro próximo, seguramente en cinco años, tendremos medicamentos que se podrán administrar una vez cada seis meses. Eso nos permitirá simplificar mucho el tratamiento y mejorar la calidad de vida de estas personas.

-¿Estos tratamientos están indicados tanto para los enfermos que han desarrollado la enfermedad como para los que no?

-Sí. A día de hoy se trata a todo el mundo, incluso en países de renta baja. La OMS decidió hace unos años que todo el mundo debía tratarse, precisamente porque se ha visto que es beneficioso para el paciente pero también beneficioso a nivel de salud pública, porque esta persona que toma el tratamiento y tiene el virus suprimido no va a transmitir la infección. De tal manera que si pudiésemos diagnosticar y tratar a todo el mundo que tenga el VIH, no habría más transmisiones.

"El paciente termina viniendo al hospital cuando desarrolla una neumonía o algún tipo de cáncer asociado al VIH"

-El problema es que hay gente que no sabe que lo tiene porque no ha desarrollado síntomas.

-Claro, una cuarta parte de las personas que tienen el VIH no saben que lo tienen. Este virus, al principio, se presenta como una gripe, como una enfermedad leve, y luego se queda asintomática en la mayoría de los casos durante varios años hasta que si uno no hace nada, no toma medicación, lo que termina pasando en más de un 95% de los casos es que el sistema inmune se deteriora. El paciente termina viniendo al hospital cuando desarrolla una neumonía o algún tipo de cáncer asociado al VIH. Entonces, cuando se diagnostica, está en fases avanzadas.

-De ahí la importancia de hacerse las pruebas de forma periódica.

-Eso es. Al menos un 30% de los pacientes que se diagnostican en España se encuentra en fases que se consideran avanzadas. Y esa es una de las áreas que tenemos que mejorar. Lo que tenemos que hacer es contarle a la gente que se tiene que hacer estos test. Todo el mundo se los tiene que hacer de manera regular, pero sobre todo si una persona está en una fase de la vida en la que sexualmente está muy activa y si además se inyecta drogas debería hacerse estos análisis de manera más frecuente. Eso nos permitirá diagnosticar la enfermedad al principio y preservar el deterioro del sistema inmunitario. Por lo tanto, si alguien tiene la mínima sospecha, tiene que hacerse el test y, en caso de dar positivo, debe venirnos a ver, porque es muy importante empezar el tratamiento cuanto antes.

La importancia de realizarse pruebas periódicas

-¿Cuántos días debe esperar una persona para hacerse el test si ha mantenido una relación de riesgo?

-Antes existía un periodo ventana durante el cual entre uno y dos meses después podía pasar que el test no diagnosticara la infección y entonces se tenía que repetir. Pero los test también han mejorado muchísimo y hoy en día este periodo se ha reducido a entre diez y catorce días. Hay personas que por el motivo que sea, quizá porque viven en un sitio pequeño donde se conocen todos, les puede limitar tener que ir al ambulatorio y pedirlo, porque a veces esto también va acompañado de tener que hablar de sexo y de la sexualidad de las personas, pero no sólo se hacen en los centros de salud, sino que también se pueden conseguir en la farmacia e incluso es posible comprarlo por internet para hacerlo en casa.

-Combina su trabajo de investigador con la atención clínica a personas en la Unidad de VIH del Hospital Germans Trias i Pujol de Badalona. ¿Cómo es el día a día en este centro?

-Sí, soy muy privilegiado. Aunque paso la mayor parte de mi tiempo haciendo investigación me gusta mucho ver a los pacientes porque me permite seguir conectado con la realidad y bajar a la tierra. A veces, en el laboratorio, estamos pensando en lo que ocurrirá de aquí a quince años, y en cambio, las visitas clínicas me permiten palpar lo que está ocurriendo ahora. También es una forma de trasladar lo que avanzamos en el laboratorio a la clínica y a la vez conocer los problemas que tienen los pacientes para ver cómo podemos ayudarles desde el laboratorio.

-¿Cuál es la esperanza de vida de una persona seropositiva esté en tratamiento?

-En países de renta intermedia y renta baja, donde no hay tantos medicamentos disponibles, sigue siendo una enfermedad que puede llegar a ser mortal, con lo cual quedan muchas cosas por hacer, pero a día de hoy, en nuestro entorno, en un 80% de estas personas la esperanza de vida se asemeja muchísimo a la de la población general si son diagnosticados en una fase relativamente temprana y toman la pastilla todos los días, lo cual es un gran avance.

-¿Se puede hablar de colectivos más vulnerables o realmente todos lo somos?

-La enfermedad tiene distintos perfiles. Por ejemplo, en nuestro entorno -Europa, Estados Unidos, Australia y gran parte de Centroamérica y Suramérica- es una enfermedad que afecta más frecuentemente a hombres gays. En Barcelona, más del 70% de los nuevos diagnósticos se producen en hombres que tienen sexo con hombres. En Europa del Este, sin embargo, la infección se centra más en hombres que toman drogas por vía endovenosa, puesto que hay una epidemia muy fuerte de heroína, como existía aquí hace unos años. En África, en cambio, el 70% de las personas enfermas son mujeres jóvenes, fieles a su marido y que se infectan en casa.

Con lo cual, los perfiles son distintos en distintas áreas geográficas del mundo y además son variables, se pueden transformar, tal y como pasó aquí. Hace unos años en España el 65% de nuestros pacientes eran heroinómanos, pero eso cambió cuando disminuyó el consumo. Si volviera a ver una epidemia de heroína pues quizás podría modificarse de nuevo. Dicho esto, yo tengo pacientes de todo tipo: heterosexuales, mujeres mayores que salen un día de noche y tienen una relación€ cualquier persona puede verse afectada.

Un tratamiento de alto coste

-En España el tratamiento está cubierto por la Seguridad Social.

-Sí, en España el tratamiento antirretroviral viene cubierto íntegramente por la Seguridad Social. Es un tratamiento caro, pero evidentemente es mucho más caro no tratar a estas personas, porque el coste para la Seguridad Social sería mucho mayor. Además, el coste de los medicamentos está disminuyendo porque ya empiezan a existir algunos fármacos genéricos. El sistema público de salud se hace cargo de esta medicación y creemos que es bueno que así sea, tal y como lo demuestran nuestros parámetros de VIH, mucho mejores que en otros países. Por ejemplo, en Nueva York, hay zonas con poblaciones afroamericanas marginales donde los números son muy parecidos a algunos países del sur de África. Con lo cual el acceso a la medicación es fundamental para poder controlar la epidemia. Tenemos la suerte de que aquí se está haciendo muy bien.

-¿Qué coste tiene este tratamiento?

-Los precios son absolutamente variables. Un tratamiento aquí, aproximadamente, podría valer 4.000 euros anuales. Para quienes pueden tomar medicamentos genéricos se reduce el coste alrededor de 200-250 euros, pero puede incrementarse hasta los 15.000 euros en un paciente con un virus más resistente que requiere fármacos más complejos, por ejemplo.

"Algunas farmaceúticas han decidido disminuir el coste de estos fármacos para países de renta baja"

-Totalmente inasumible para países de renta baja...

-Una de las cosas que sí que ha pasado a nivel global es que algunas compañías farmaceúticas han decidido hacer una política de precios y disminuir el coste de estos fármacos. Por ejemplo, Dolutegravir, desarrollado por ViiV Healthcare, una empresa conjunta de Pfizer y GlaxoSmithKline, que es el que estamos utilizando aquí, es un fármaco que funciona más rápidamente, tiene menos efectos secundarios y menos probabilidades de que se generen resistencias que otros medicamentos. Ha pasado a costar 50 euros anuales para países de renta baja. Y eso realmente ha tenido un impacto enorme en la salud pública.

-No obstante, las cifras son alarmantes y aún podemos hablar de una pandemia a nivel global.

-A día de hoy hay 37 millones de personas infectadas y un poco más de la mitad ya reciben tratamiento antirretroviral. Eso es extraordinario, es un avance sin precedentes. En 2004 el número era cercano a cero. En poco más de una década se ha hecho llegar el tratamiento a muchísima gente, aunque todavía nos queda la otra mitad. Decisiones como la de esta farmacéutica van a permitir hacer llegar una medicación absolutamente nueva y de primer nivel a más de diez millones de personas en todo el mundo. Es esperanzador ver que estos movimientos ocurren y espero y estoy convencido de que otras compañías harán lo mismo. Estoy seguro de que en unos años podríamos controlar la epidemia y potencialmente se podría llegar a eliminar.

-¿Vaticina un futuro esperanzador entonces?

-Sí, porque aunque será muy difícil erradicar el VIH, porque hay enfermedades como la polio con las que todavía no se ha conseguido, por lo menos podremos tenerlo muy controlado. Eso es realmente esperanzador y un motivo para trabajar durante los próximos años.

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