El 21,6 por ciento de los españoles cree que la homeopatía tiene base científica y casi una cuarta parte (el 23,3%) considera que la acupuntura tiene también carácter científico, según los resultados de la IX Encuesta de Percepción Social de la Ciencia.

El mismo estudio revela que el 91% de los entrevistados reconoce el valor científico de las vacunas y de la quimioterapia (87%).

La encuesta, presentada este jueves por el ministro de Ciencia, Innovación y Universidades, Pedro Duque, está basada en una muestra de 5.200 entrevistas realizadas en todas las comunidades autónomas, entre personas mayores de 15 años que han residido en España durante, al menos, los últimos 5 años.

Los datos ponen de manifiesto la tolerancia de los españoles hacia pseudociencias como la acupuntura, una práctica en la que confían el 33% de los encuestados, la homeopatía (25%), o la imposición de manos o 'Reiki' (16%).

Así, uno de cada cinco españoles ha recurrido a tratamientos homeopáticos o acupuntura y un 5 % los ha usado en sustitución de tratamientos médicos.

Según la encuesta, las mujeres son las que más recurren a estas prácticas (24 %) frente a los hombres (14 %).

En cuanto a la confianza que suscitan las vacunas infantiles, la mayoría (88 %) piensa que los beneficios superan a los riesgos, una opinión que aumenta entre las personas con más nivel educativo.

Sin embargo, el 6,4 % piensa que las vacunas tienen más riesgos que beneficios y el 3,3 % (cerca de 1.250.000 personas) cree que su utilidad para la salud y el bienestar es poca o nula.

La encuesta cuantifica también algunas prácticas "preocupantes" como que uno de cada cinco españoles no se lee los prospectos médicos ni consulta al médico a la hora de hacer una dieta (19 %).

Según el sondeo, el 16,3 % de los españoles están interesados por la ciencia como área informativa, una proporción similar a temas como la alimentación (19 %), el turismo (18 %) o las pensiones (16 %).

Por sexos, los hombres (19 %) siguen más interesados por la ciencia que las mujeres (14 %), si bien, en los últimos años el interés masculino decrece y el femenino aumenta.

Respecto a la imagen social de la ciencia, los datos revelan que los científicos siguen siendo los profesionales más valorados (con un 4,53) después de los médicos (4,67), los profesores (4,4) y los ingenieros (4,3). En el extremo opuesto están los religiosos (2,3) y los políticos (2,6).

La mayoría de españoles piensa que los científicos están mal remunerados (53,7%) y que no reciben el reconocimiento social que se merecen (58%).

El documento también pone de manifiesto la alta valoración de los españoles por la ciencia, ya que el 61% considera que sus beneficios supera a los perjuicios, frente al 5,7 % que cree que los perjuicios de la ciencia y la tecnología son mayores que los beneficios.

Para el 76 % de los encuestados, las aplicaciones científicas más beneficiosas son los aerogeneradores o molinos de viento y la experimentación animal con fines médicos (53 %).

Por primera vez, se analiza las actitudes hacia la inteligencia artificial y la robotización en el trabajo, dos áreas en las que los españoles ven muchos o bastantes riesgos: el 39 % en la inteligencia artificial y el 46 % en la robotización del trabajo.

En cuanto a la educación, cuatro de cada diez españoles cree que su nivel educativo en temas científicos es bajo o muy bajo frente al 12% que lo considera muy alto y el 46 % que lo ve normal.

Asimismo, el 56 % de los encuestados considera importante saber sobre ciencia y tecnología en su vida cotidiana y algo más de la mitad (51 %) dice tener problemas para comprenderla.

Como fuente de información, internet es la vía más utilizada (40 %), seguida de la televisión (35 %), la prensa escrita (6 %), radio y los libros.

Dentro de internet, las redes sociales son las más utilizadas (48 % de los encuestados las utiliza para informarse), seguida de los vídeos de YouTube o paginas similares, con el 39 %.

Para Duque, estos datos reflejan lo necesario que es poner en marcha un plan como el que acaba de presentar su ministerio y el de Sanidad, que incorpora, entre otros, una campaña informativa sobre qué cosas funcionan y cuáles no, y los riesgos que conlleva confiar en cierto tipo de prácticas.

"El momento de tomar acciones contra las pseudociencias siempre es ayer. Está claro que el plan llega tarde para mucha gente pero informar correctamente, con respeto a las creencias pero con datos reales y fehacientes, sí puede tener un efecto", ha resumido.

"Con esta campaña queremos ayudar a las personas a que no tomen decisiones que son claramente incorrectas".

Por último, el ministro ha reconocido que las pseudociencias invierten en extender sus mensajes "porque es un comercio", por eso el Estado también tiene que difundir.