Jaime Estrany iba siempre con una sonrisa dibujada en los labios. Era un pequeño luchador, un campeón, como todos esos niños a los que la vida les pone frente a más dificultades por sus distintas capacidades. Con sólo nueve años dejó este mundo, un mundo que este lunes le recordaba en las redes y en mensajes a su familia: sus padres Jaime y Antonia y su hermana Paula. El último adiós lo recibirá este martes a las 20 horas en la parroquia Sant Francesc de Paula, en la calle General Riera de Palma de Mallorca.

Era habitual ver en la prensa el rostro de Jaime junto a su madre, la impulsora de la asociación Arka Tapones Solidarios, creada para recaudar fondos de ayuda para niños que padecían parálisis cerebral, como su hijo. La cara sonriente de Jaime era el rostro del activismo por la integración y por conseguir más terapias para otros niños afectados como él.

"Ya sabéis cómo era", explicaba este lunes Antonia Balaguer en su perfil de Facebook, "un niño alegre, feliz y al que le gustaba estar rodeado de gente". "Jamás pensé que llegaría un día que ya no estarías entre nosotros. Has luchado durante 9 años pero esta última batalla ha sido invencible", arranca el texto de la madre. Agradecimiento, amor y por supuesto mucha tristeza son los sentimientos que afloran en este sentido mensaje: "No podemos estar más orgullosos de ti, mi amor, nuestro tesoro, nuestro campeón de la casa", continúa. "Solo tenemos palabras de agradecimiento por haber dado luz a nuestra vida y enseñado a valorar mucho las cosas".

Los padres quisieron corresponder con gratitud todo el apoyo recibido por sus familiares y amigos. "Jaime era un niño queridísimo por todo el mundo que lo conocía. Le encantaba el mundo del pádel, era su pasión. Y el jugador Juan Martín Díaz, su ídolo. No podemos contestar a todos los mensajes de la gente. Es impresionante y nos hace estar todavía si cabe más orgullosos de nuestro hijo", comenta Antonia.

Hace sólo dos meses que los padres de Jaime y de su compañero de colegio Noah reclamaban un equipo de atención especial adecuado a las necesidades de ambos niños en el centro escolar al que asistían. Por este motivo los dos pequeños se incorporaron a las clases una semana después del inicio de curso.