Tiene 23 años. Nació en Alicante y se he criado en Sax. Está terminando el master de Derecho para ejercer la abogacía. Su ideología es liberal y feminista. Una de sus frases es que "hay que ir a por todas con valentía para luchar por el futuro". Así se está abriendo hueco en el mundo de la literatura, aunque no se lo crea, pues ocho premios nacionales a través de relatos la respaldan. Entre ellos, tres internacionales.

¿Con qué edad empiezas a escribir?

El primer premio, a nivel local, lo gané con ocho años. Desde siempre me ha encantado la literatura. Ha sido una de mis asignaturas favoritas, pero a partir del bachiller decidí presentarme a concursos nacionales e internacionales. Mi madre ha leído siempre mucho. No tengo una metodología de escribir a diario, sino que mi motivación para escribir es participar en concursos.

¿Sigues algún tipo de mecánica para crear?

Pues puedo tener una idea, que suelo apuntarme en un papel con dos o tres palabras. Pero, en muchas ocasiones, no tengo claro el final u otras veces, puede surgir el enfoque del broche final a mitad de relato.

¿Qué tal fue el pasado lunes en el Centro de Arte Contemporáneo de Málaga con la recogida del premio por un relato sobre el bullying

Muy emotivo y gratificante ver como niños y jóvenes nos hemos unido para luchar contra el bullying. A la convocatoria se han presentado casi 500 participantes desde ochos hasta veintitrés años. Además, ha sido muy duro ver que existen más de dos millones de niños sufriendo esta lacra. Uno de los organizadores del concurso ha relatado su propia historia, sus vivencias, ello me ha emocionado y a la vez me ha llenado de rabia ante tanta injusticia.

¿Te ha tocado hablar en público?

No he dado ningún discurso porque al ser varios los premiados se hubiera alargado demasiado el acto.

¿Y si hubieras tenido la ocasión qué habrías dicho?

Que el bullying es un problema social muy grave al igual que la violencia de género, problemas que van de la mano en muchas ocasiones debido a los roles sociales que solemos establecer. Que se necesita un mayor apoyo por parte de las instituciones porque el bullying no trata de bromas de niños, es un conflicto social que anula la empatía entre iguales y que puede desencadenar en un suicidio. Me preocupa el hecho de que el bullying no esté regulado en el código penal al igual que la violencia machista ante la cual, al menos, se consiguió un Pacto de Estado. Como futura abogada me gustaría llegar a investigar sobre este tema ante el cual se requiere una mayor presencia legislativa.

Desde Finlandia se propulsó el método KiVa, que aborda el problema social desde tres perspectivas (acosador, víctima y espectadores). Pretende influir en el grupo de estudiantes para que ayuden a la víctima. ¿Cómo enfocaste tu relato?

Yo lo he vivido de cerca. Y por eso también me presenté al concurso. No ya por la cuantía económica o el reconocimiento social, sino por contribuir a la causa. De ahí que el escrito se desarrolle desde el punto de vista de una víctima, que lo ha sufrido y, de alguna manera, intenta olvidarlo hasta que se encuentra con otro chico que lo padece. Por lo que en vez de hacer borrón y cuenta nueva tiene que enfrentarlo para ayudarlo.

¿Todos los concursos han tenido un fin social?

No. El de mayor presencia social ha sido éste y podríamos decir que también el de Belmonte de Tajo (Madrid), porque los fondos recaudados de la edición del libro, que en breve se va a realizar, van a ir destinados a una asociación de lucha contra la violencia de género. El certamen Óscar Abril, que gané el año pasado en Alfambra (Teruel), no es que sea un concurso destinado a fondos sociales pero lleva el nombre de una joven víctima de los atentados del 11M. Es una forma de contribuir a que su nombre no se olvide. Por ello, su pueblo y en particular su familia le rinden este homenaje cada año organizando este premio literario, cuya temática son los derechos humanos.

En concreto, en el relato de "Ecos del bosque", el de Belmonte del Tajo, ¿la historia está basada en hechos reales?

No. Es completamente ficticia. Toma como referencia el nombre del pueblo y su situación pero después es cosecha propia. Con la metáfora cauce (hombre) y caudal (mujer) intento decir que hemos de ir de la mano mujeres y hombres.

¿Cómo ves la realidad feminista en la actualidad?

Que queda mucho trabajo por hacer. Sigue habiendo muchas desigualdades.

¿Hay algún concurso literario en la provincia de Alicante en el que hayas participado?

Tengo constancia de la existencia de un certamen literario en Sax, al cual no me he presentado por el hecho de que cuando un pueblo organiza un concurso, este tiene también como pretensión dar a conocer este lugar en el resto de España y en ocasiones en el resto del mundo. En el resto de la provincia de Alicante sé que existen algunos concursos de microrrelatos, pero ésta no es mi forma literaria con la que me siento cómoda y prefiero no presentarme. No obstante continuaré buscando concursos literarios en la provincia para poder ser profeta en mi tierra. Sí que me he presentado en el resto de la Comunidad Valenciana, siendo finalista del prestigioso certamen de relatos de la fundación Max Aub de Segorbe (Castellón).

¿Cuál ha sido tu mayor influencia literaria?

Isabel Allende es mi gran inspiración con su realismo mágico, su manera de mezclar la historia con un tono fantasioso y sensible.

Aparte de los libros de la escritora chilena, ¿qué otras lecturas te incitaron a convertirte en escritora?

Me gustan mucho los escritores y escritoras que suelen combinar la historia con la ficción junto con las tramas familiares. Obras que me trasmitan altas dosis de emoción y en las cuales al final se destaque una moraleja plagada de sentimientos. Podría citar a Julia Navarro, María Dueñas, Idelfonso Falcones y muchos otros. Además aunque no soy poeta, desde muy pequeña me ha fascinado la poesía llegando a leer a la corta edad de seis años rimas de Becker. Soy una apasionada de la generación del 27. Con respecto a que vivencias me incitaron a escribir, todo empezó siendo niña como simples tareas de clase que se me daban bien, pero nunca llegué a plantearme, por muchas insistencias de mi madre, la cual ha creído en mí antes que yo. En este momento, y debido a una gran profesora de literatura que tuve, me di cuenta que existía una gran diferencia entre una asignatura que te gusta y una que adoras.

¿En qué se traduce?

A que una asignatura que me gusta es una asignatura en la cual paso un buen rato o simplemente no me cuesta estudiarla, mientras que una asignatura que adoro es aquella cuya influencia y ganas de saber más trascienden a mi tiempo libre.

Has ganado ocho premios literarios en poco tiempo. ¿Te ves viviendo de tus obras?

Con el tiempo, me gustaría alcanzar un nivel alto en el mundo de la literatura. Ahora mismo, se puede decir que lo estoy intentando. Mucha gente me dice, "con lo que has ganado ya te puedes considerar escritora", pero yo quiero tener los pies en la tierra porque las carreras artísticas son muy complejas y no quiero tirarme desde un trampolín sin sentido.

¿Crees que la cultura nos hace más humanos?

Por su puesto, siempre que tenga en cuenta los valores humanos y los derechos universales.

¿Eres consciente de tener que superar bastantes prejuicios? Mujer, joven, millennial

Sí, soy consciente, pero no me asustan. Siempre me he caracterizado por luchar por lo que quiero aunque sea complejo y duro de alcanzar. Lo que deseo es llegar a conseguir lo que me proponga. Si tardo un poco más no me importa. Al final todo tiene su recompensa.

¿Y cuál es tu próximo objetivo?

Con algo más de tiempo, escribir mi primera novela y presentarla a algún concurso. Ah...

¿Sí?

La institución que ha organizado el concurso de Málaga se llama Fair Saturday. Es una fundación que lleva a cabo un movimiento cultural en distintas ciudades españolas y del mundo, que pretende unir cultura y solidaridad. Por ello la dotación económica del premio la hemos donado, cada uno de los ganadores, a una asociación y a un proyecto social. Yo, en concreto, la he donado a WWF, para el proyecto de la protección de especies en peligro de extinción. Sería muy gratificante que la ciudad de Alicante se uniera también a este proyecto de la fundación Fair Saturday, que se celebra cada año después del Black Friday.