La investigadora Almudena Ramón, científica reconocida por sus trabajos para devolver la movilidad a ratas parapléjicas conocidos desde 2000, es una de las dos personas detenidas en la operación 'Summas' de la Guardia Civil acusada de estafar más de un millón de euros a cien personas, cuatro de ellos menores de edad, con falsos tratamientos para curar lesiones medulares.

Según han informado fuentes cercanas a la investigación, en la operación han sido detenidos la científica y su pareja sentimental --que no guarda relación con la medicina-- y se investiga a otra mujer que sí que es médico.

La doctora Ramón Cueto, considerada como una de las investigadoras más prestigiosas del ámbito internacional en el campo de la regeneración de lesiones medulares, ha sido directora científica y médica del Centro de Innovación Médica en Regeneración Medular (CIMERM) y directora de la Unidad de Regeneración Neural del Instituto de Biomedicina de Valencia del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), entre otros destinos.

En 2000 se dio a conocer sus trabajos por devolver la movilidad a ratas parapléjicas. Dos años después, dirigió un estudio sobre el implante de células gliales cobertoras del sistema olfativo en la médula espinales de ratas adultas paralíticas, que demostró promover la reparación de las células neuronales y restaurar sus funciones.

En enero de 2007, denunció que al Centro de Investigación Príncipe Felipe (CIPF) por un supuesto delito contra la propiedad intelectual, trato degradante, coacciones, apropiación indebida y falsedad cuando había empezado la investigación con primates.

Ocho años después, anunció que había comenzado a aplicar su terapia regenerativa medular en pacientes españoles, fruto de 25 años de investigación y tras comprobar el resultado logrado en un bombero polaco que sufrió una lesión en su médula espinal y que aseguró que había recuperado la sensibilidad en ambas piernas y logrado volver a caminar.

Según ha informado la Guardia Civil en un comunicado, los detenidos ofrecían un tratamiento dividido en varias fases que comenzaba con el pago de 4.000 euros y seguía con abonos de más de 50.000 euros. Por ello, se les imputan los delitos de estafa agravada y contra la salud pública.

La operación se inició a principios de 2017 cuando los agentes tuvieron conocimiento por ciertas informaciones recibidas sobre la existencia de una "supuesta y novedosa" terapia ofertada por un centro médico ubicado en la ciudad de València para la cura de lesiones medulares.

Dicha terapia, compuesta de cuatro fases, comenzaba con el pago de 4.000 euros y seguía con abonos de más de 50.000 euros e iba dirigida a la recuperación funcional de lesionados medulares mediante el supuesto trasplante de ciertas células obtenidas de manera autóloga, es decir, del propio paciente.