La Casa de las Brujas nunca ha sido en realidad el hogar de ninguna de ellas, eso que se pueda demostrar. La explicación a este nombre tan curioso, y ya institucionalizado, es mucho más sencilla. Este edificio es uno de los escasos ejemplos de modernismo que aún quedan en Alicante y sus vistosas cúpulas piramidales se deben a una reforma hecha hace 104 años.

La vivienda que con tanta dedicación levantó Eulogio Soto pasaría a llamarse popularmente como la Casa de las Brujas en los años 70, gracias a unos niños como mucha imaginación. El edificio por aquel entonces no pasaba por sus mejores momentos y una de sus puertas, en concreto la que daba a la calle San Fernando, siempre estaba abierta. Su interior se encontraba abandonado y la puerta dejaba a la vista un interior oscuro y atemorizante gracias, en parte, a su diseño de madera labrada con azulejos y formas sinuosas. Por este motivo los más pequeños comenzaron a llamarla la casa de las brujas, y así ha llegado hasta nuestros días.

Este edificio fue construido como vivienda y, en el año 1986, fue adquirida por el Consell para restaurarla y rehabilitarla con la finalidad de convertirla en la sede representativa de la Generalitat en la provincia. En 1990 fue sometido a una profunda reforma con el fin de adaptarlo a los usos públicos y, actualmente, acoge a la Dirección Territorial de la Presidencia de la Generalitat en Alicante.