Casi media hora estuvo ayer una conductora atrapada en el techo de su coche, en el Port de Sagunt, mientras su vehículo se hundía poco a poco en el acceso desde el Port de Sagunt a la V-23, un habitual punto negro en caso de fuertes lluvias, que llevaba horas inundado y cortado al tráfico a causa de la fuerte tormenta de la madrugada del lunes. La mujer se vio obligada a salir del vehículo por la ventanilla del copiloto al ver que el agua entraba en el interior del coche y amenazaba con cubrirlo por completo, como finalmente ocurrió, aunque sin que ella llegara a sufrir daños.

Así lo explicaba a Levante-EMV Sari, vecina de Canet d' En Berenguer, que insistía en que el corte de tráfico no estaba bien señalizado cuando, sobre las 14 horas del mediodía, ella se vio bloqueada allí «con impotencia total». Según aseguraba: «Un coche iba delante de mí y pasó sin problemas. Él pudo maniobrar a tiempo y esquivar la zona inundada. Yo reaccioné pero ya resbalaba todo y acabé en el agua», decía, lamentando que «no hubiera estado todo bien precintado como se dejó después de lo ocurrido». Por ello, desde su familia se daba por seguro que emprenderán acciones legales. «Denunciaremos. Pudo haber habido una desgracia y lo que queremos es que se tome note y algo así no vuelva a pasar», decía su marido a este diario.

Desde la madrugada anterior, este punto había quedado cortado al tráfico con vallas pues otras 9 personas habían tenido que ser rescatadas allí por los bomberos, al quedar atrapadas en otros vehículos. El alcalde, Quico Fernández, insistió en que la zona estaba bien señalizada desde mucho antes de lo ocurrido a mediodía. Por ello, en medios policiales no se descartaba que alguien hubiera podido quitar el vallado y de ahí que la mujer acabara con su coche bajo el agua. Aún así, tanto el alcalde como el consorcio de Bomberos informaron a la agencia Efe de que la conductora hizo caso omiso de la señalización del corte al tráfico y Fernández incluso añadió que el accidente había obedecido a un exceso de velocidad o a una imprudencia.

La mujer, no obstante, rechazó que fuera a mucha velocidad «cuando salía de una rotonda» y también se mostró indignada porque nadie la ayudara hasta que llegaron los Bomberos y la ayudaron a salir de allí tras acercarse a ella a pie. Según relataba: «Allí estuvieron casi media hora unos agentes de la policía local, mirándome sin hacer nada. Yo reaccioné con calma y, al ver que el agua subía, me decidí a salir por la ventanilla, porque me decían que me quedara en el coche. ¡Menos mal que estoy en forma, pude hacerlo y no les hice caso!».