La pequeña, Elsie Moravek, nació en Estados Unidos con una discapacidad rara, su pierna izquierda no se formó correctamente y era 11 centímetros más corta que la derecha, llegando sólo a la rodilla. El médico les ofreció tres opciones: la amputación, una prótesis o romper la pierna de la niña más de 300 veces durante cuatro meses: tres veces al día. La pareja se decantó por la última opción, ya que además de evitar la amputación conseguirán alargar hasta 10 centímetros el miembro.

Su madre tomó la decisión de romper la pierna de su hija, de cuatro años, tras visitar a un doctor experto en este tipo de discapacidades.

Con 21 meses de edad, Elsie fue capaz de caminar tras someterse a una operación de casi seis horas para reconstruir su rodilla, tobillo y cadera. Después de la operación, su madre tiene que activar manualmente los tornillos de la prótesis que la colocaron para separar el fémur y la tibia tres veces al día.