El ingeniero aeroespacial Emmet Fletcher, responsable de Comunicación de la Agencia Espacial Europea -ESA-, es todo un fanático de la saga de Star Wars. Por eso se ha interesado por las posibles aplicaciones en la vida real de algunos de los fenómenos que se muestran en las películas.

Caminar en la Estrella de la Muerte

En la estación espacial más famosa de la saga, los personajes caminan con los pies en el suelo, algo que no pasaría en el universo real porque en el espacio no hay gravedad. ¿A qué se debe este error? Es más barato grabar a los actores así que hacerlo flotando.

Los campos de fuerza

En el episodio I de la saga, durante la gran pelea entre Darth Maul y Obi Wan Kenobi, el primero utiliza campos de fuerza para evitar los ataques del segundo. Algo similar, pero a gran escala, es el escudo deflector, un campo de energía creado por un generador, que se empleaba para proteger planetas, naves o edificios de cualquier arma. Una tecnología que aún es de ciencia ficción, ya que está muy alejada tanto de la teoría como de la práctica.

Viajar más rápido que la luz

Los científicos nunca dicen imposible, pero es muy improbable que se pueda superar la velocidad de la luz. Incluso en los casos en los que teóricamente sería posible, haría falta tanta energía, tanta masa o tanta velocidad que no tendría un uso práctico.

Atrapar objetos con rayos

Al comienzo del Episodio IV, Una Nueva Esperanza, el destructor Imperial, una nave espacial del Imperio, captura la Tantive IV, la nave de la Princesa Leia, atrayéndola con un rayo tractor. Se trata de un campo de energía que genera una nave espacial para atraer a quien se acerque a él€ pero que los científicos reales no han sabido imitar, aunque sería muy útil para tomar muestras de cometas, satélites, otros planetas... Habría que tocarlo físicamente o utilizar detectores de luz electromagnética.

Destruir un planeta

En el Episodio IV, la Estrella de la Muerte destruye completamente el planeta Alderaan. Hacer añicos un planeta es hoy impensable.

Congelar a un vivo para que no muera

En el Episodio V, El Imperio Contraataca, Darth Vader congela a Han Solo para comprobar si un ser humano puede sobrevivir en esas condiciones. Cuando, en el Episodio VI, el Retorno del Jedi, le descongelan, este sigue vivo. Actualmente, hay mucho interés en la criogénica -la conservación a muy bajas temperaturas-, pero los expertos en esta materia están encontrando muchos problemas para que se pueda utilizar para mantener a personas vivas. El principal es la formación de cristales de hielo dentro de las células, que las destruyen. De llegar a ser real, sería una muy buena solución para enviar a los astronauta a otros planetas o estrellas donde se tardan años o siglos en llegar.

El ruido de las naves espaciales

En el espacio solo hay vacío, por lo tanto, es imposible que el ruido se propague por él, algo que no ocurre en las películas de Star Wars, donde los propulsores de las naves son muy ruidosos.

Y sus estelas

Los haces que dejan tras de si los cohetes y naves en el espacio no son reales. En la atmósfera, la estela alargada de los aviones se produce por con el gas, pero en el espacio no lo hay. Así, los motores no generan esa característica ´huella´ alargada, aunque en el caso de los propulsores con iones, se verían restos azules.

Microondas para quemar al enemigo

Se trata de un sistema no letal que lanza microondas; éstas, al entrar en contacto con una persona no le provocan ningún daño grave, pero si una sensación de calor muy desagradable que hace que se aleje. Si se aplica a mayor intensidad, funde los aparatos electrónicos. La DARPA -la Agencia de Proyectos de Investigación Avanzados de Defensa de EE.UU.- ya ha presentado el primer prototipo para usar en tierra. Sirve para dispersar manifestaciones de personas o evitar que enemigos se acerquen a bases militares o instalaciones críticas.

Armas láser

Se trata de unos cañones que proyectan rayos de luz muy potentes y concentrados. Según un informe elaborado en 2002 por la consultora especializada en seguridad RAND Corporation para la Fuerza Aérea de EE.UU., para que sean realmente útiles en el espacio, estos cañones deberían tener unos 10 m de diámetro. Tanto EE.UU. como la URSS lanzaron prototipos de armas láser en 1987, en plena carrera espacial. El protecto más destacado de EE.UU. es el Zenith Star, un satélite americano de 40 toneladas, dividido en dos partes: una zona de enfoque y otra en la que se alojaba el láser. La idea era que los bloques fueran lanzados por separado y se unieran una vez puestos en órbita. Planteado en 1987, el proyecto fue cancelado unos años después a causa de recortes presupuestarios en la inversión espacial. Los rusos llegaron a desarrollar un prototipo de un arma láser de 77 toneladas llamada Skif-DM, dotada de motores que le permitirían maniobrar en el espacio. El 15 de mayo de 1987 realizaron una prueba -con un sistema aún sin láser-, con la excusa de que se trataba de una prueba científica. Pintado de negro y bajo la leyenda ´Mir 2´, el cohete despegó desde el cosmódromo de Baikonur€ y acabó desintegrándose sobre el océano Pacífico, al no alcanzar su órbita.

Éstos son solo dos de los múltiples inventos que pasarán de La Guerra de las Galaxias al arsenal de las naciones de la Tierra, pero hay otros muchos: armas de energía cinética, drones espaciales, ataques de pulso electromagnético... En el número de noviembre de ONE Magazine, te explicamos qué son, qué efectos producen y quiénes lo han probado ya de nuestro planeta.

Pero además, ¿sabías que ya hay leyes que rigen en el espacio? Descubre quiénes son los reguladores de lo que se puede y lo que no se puede hacer. Con el nº21 de ONE Magazine aprenderás también qué logros se han obtenido ya gracias a la investigación fuera de la Tierra, qué objetos orbitan alrededor de la Tierra, cuáles son los países más poderosos en el espacio... y cómo ha llegado España a convertirse en protagonista de la carrera espacial.

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