El tradicional Toro de la Vega, protagonista de un agitado debate político y social, se celebró ayer en Tordesillas con serios y tensos enfrentamientos entre partidarios y detractores, y sin un vencedor, al ser declarado nulo por incumplirse el reglamento.

El toro Rompesuelas murió lanceado en un torneo en el que no hubo ningún corneado, si bien varios informadores fueron agredidos, a pesar de las fuertes medidas de seguridad. Una hora antes, alrededor de doscientos activistas y partidarios del Toro de la Vega intercambiaron insultos, proclamas y cánticos, con algún conato de altercado, y un reportero de Tele 5 sufrió una agresión.

Dos helicópteros apoyaron por aire y grabaron el escenario durante las horas previas , y la Guardia Civil llevó a cabo controles y registros aleatorios.

El presidente del Patronato del Toro de la Vega, Gerardo Abril, trató de justificarlo al acusar a los periodistas desplazados de «manipular» y acudir al municipio «a molestar», así como de no estar interesados en contar en qué consiste el torneo, sus reglas y desarrollo, sino en asistir el día de su celebración para avivar la polémica.

Poco antes de la suelta, un centenar de animalistas se apiñaron para obstaculizar el recorrido y clamaron por su abolición. Fueron rodeados por partidarios del festejo, que les increparon con gritos de «fuera, fuera» e intentaron echar del lugar a los detractores con empujones y puñetazos.

Rompesuelas -de 6 años y 640 kilos- fue acometido por tres lanceros, entre ellos el que le asestó la lanzada mortal en un costado, pero que no computó por no atenerse al reglamento, que obliga a citar de frente, guardando el turno, con el toro emplazado y fijado en el torneante que le cita.

El alcalde de Tordesillas, José Antonio González (PSOE), declinó contestar sobre el futuro del torneo, que su propio partido se ha comprometido a abolir si gobierna tras las elecciones generales, y sobre la posibilidad de convocar una consulta entre los vecinos.

El ministro de Justicia, Rafael Catalá, aseguró que el festejo forma parte de las tradiciones «históricas y culturales» y recordó que aquello que no está prohibido está dentro de la libertad de los ciudadanos.

El partido animalista Pacma denunció que lo de ayer fue un «caos absoluto» lleno de «irregularidades», por lo que confía en que sea el último festejo, al igual que el líder de IU, Alberto Garzón, que lo tachó de «barbaridad». La edil alicantina Marisol Moreno lo calificó de «vergüenza nacional» y la protectora de animales El Refugio denunció los hechos en un juzgado.