El verano ya está aquí y los niños están listos para las vacaciones y el buen tiempo. Pero muchas veces esta época de diversión se convierte en una pesadilla para los más pequeños de la casa cuando las temibles notas no son tan buenas como esperaban.

La mayoría de los padres no sabe cómo reaccionar ante las malas notas de sus hijos. Es duro enterarse de que los resultados de los niños no son los esperados, sobre todo en pruebas y exámenes para los que éstos se esforzaron mucho.

Ante estas situaciones los padres deben actuar con cautela y evitar que el niño se desanime y mantenga su espíritu de superación para mejorar su rendimiento.

Lo fundamental es no reaccionar con violencia. Los niños son muy sensibles en sus primeros años y, aunque se les debe proporcionar reglas, también se les debe apoyar para que puedan enfrentar los distintos problemas. Castigar a los niños pensando que así mejorarán en su desempeño es algo que no se debe hacer.

Hay que crear en los niños una consciencia de que las malas notas no son un reflejo de una incapacidad intelectual, sino que pueden deberse a otros problemas o temores que pueden solucionarse fácilmente.

Encontrar la raíz del problema

Lo primero que hay que hacer es encontrar el problema que causa esas malas notas. Los padres deben preguntarse si el niño pasa demasiadas horas ante el ordenador, la televisión, si tiene demasiadas actividades extraescolares o si necesita asistir a alguna.

Para mejorar las notas es fundamental que los niños lleven un estilo de vida bien planificado, pero no del todo estricto. Hay que poner límites al ordenador y los videojuegos, planificar los horarios de las actividades extraescolares, los deberes, etcétera.

Otro de los problemas puede estar en la propia aula. ¿Se les exige demasiado a los niños?, ¿Son demasiado tímidos y no se sienten cómodos en el colegio? A algunos niños les cuesta rendir en el estudio debido a que tienen algún problema emocional o físico y necesitan más atención por parte de los maestros.

La alimentación también puede ser una de las causas de las malas notas, aunque muchas veces se pasa por alto. Los padres deben preguntarse si sus hijos están consumiendo los alimentos necesarios para lograr una adecuada nutrición y una buena capacidad intelectual.

Una vez analizado el problema habrá que hablar con los profesores para ver si los niños necesitan una mayor atención o clases extraescolares. Los maestros saben mejor que nadie cómo aconsejar a los padres para mejorar el rendimiento académico de los niños.

No se puede esperar que las notas mejoren de un día para otro, pero los padres deben seguir apoyando a sus hijos y premiando su esfuerzo. Si se encuentra la causa de las bajas calificaciones y se ayuda a los niños a superarlas, el problema desaparecerá fácilmente.