Me llamo Ibi. Mi familia me abandonó en la carretera y allí mismo me quedé esperando a que volvieran hasta que me atropelló un coche y fui recogido por Asoka. Me llevaron al veterinario y me diagnosticaron una luxación en la cadera, de la cual me estoy recuperando favorablemente según mis revisiones veterinarias. Aunque debo reconocer que también estoy casi ciego y bastante sordo. Tal vez por eso mi familia ya no me quería. Pero tengo muchas ganas de vivir y recuperar de nuevo el hogar que perdí . Soy muy pero que muy dulce y mimoso y me encanta acurrucarme entre los brazos de la gente.