Debrahlee Lorenzana asegura que fue forzada a dejar la empresa porque sus colegas consideraban que llamaba mucho la atención y causaba distracciones por su manera de vestir. Ella asegura que usaba prendas adecuadas, pero sus jefes sostenían que eran sexys, según relata la revista Village Voice en un extenso reportaje con diferentes fotografías de la demandante.

En él, por ejemplo, se recoge que los gestores del banco le dieron una lista de ropa que no estaba permitido que vistiera como trajes ajustados o tacones demasiado altos.

El litigio comenzó en diciembre de 2009 y se suma a otros similares que se han interpuesto contra algunas de las mayores entidades de Estados Unidos.

A principios de este año, Citigroup y Goldman Sachs han recibido diferentes querellas por parte de varias trabajadoras quienes aseguran haber sido degradadas de sus puestos tras quedarse embarazadas.

Forbes, por su parte, se hace eco de la situación de varias empleadas de Citigroup, quienes lamentan que su condición de mujeres jugara un papel clave en los despidos durante la crisis. Además, la publicación sugiere que las demandas forman parte de los crecientes pleitos impuestos por varias mujeres en Wall Street y que los puestos de trabajo de mujeres en la Gran Manzana se están reduciendo a un ritmo más rápido que el de los hombres.

Desde diciembre de 2006, cuando el empleo en el sector alcanzó los máximos de la década, los puestos de trabajo de mujeres han caído un 4,7% hasta 3,8 millones, mientras que el de los hombres se ha reducido un 3,2% hasta 2,1%, según datos de Current Employement Statistics recogidos por Forbes.

El caso de Lorenzana, en caso de ser cierto, se centraría en su manera de vestir y en su apariencia, algo que la afectada habría tratado con el departamento de Recursos Humanos de Citigroup antes de ser despedida.