Aprovechando la presentación de la campaña navideña, más de un centenar de vendedores de lotería se manifestaron ayer para protestar por la reforma de Loterías y Apuestas del Estado que, según dicen, "abre la puerta" a la privatización, "hiere de muerte" a la venta tradicional de décimos y se ha aprobado "a traición".

"Supone abrir la puerta a los vendedores privados de apuestas, a las máquinas expendedoras de boletos en supermercados y gasolineras, y a las grandes multinacionales del juego", denunció la presidenta de la federación Nacional de Loterías, María Teresa Fernández Díaz, convocante de la protesta junto con otras dos organizaciones, UGT y CC OO.

Fernández Díaz aseguró que el sector no se opone a la modernización del sector, pero sí a una reforma que "pone en peligro 12.000 puestos de trabajo" y supondrá "detraer un 2 por ciento de los 2.900 millones de euros netos que recibe el Tesoro por los juegos del Estado". Además criticó que la reforma se haya aprobado "por la puerta de atrás y sin escuchar ni informar al sector" que se ha enterado de los cambios por el Boletín Oficial del Congreso del 1 de octubre.

La reforma, responde a la necesidad de "seguir evolucionando para ser cada día mejores" y servirá para incorporar las nuevas tecnologías y dar un mejor servicio, replicó el director general de Loterías, Gonzálo Fernández.