La operación de rescate estuvo a cargo de cinco equipos del departamento que hicieron redadas en distintas fábricas textiles en el sur de la capital, de donde rescataron a 54 niños de entre 7 y 14 años, además de a una veintena de adolescentes menores de 18 años que también eran explotados.

La mayoría de los niños llegaron a Nueva Delhi víctimas del tráfico de menores y procedentes de regiones orientales, como Bengala, Bihar y Jharkand, estas dos últimas entre las más pobres del país.

Una vez en Nueva Delhi, fueron "vendidos" como trabajadores, indica el diario, que precisa que sólo una pequeña parte de los rescatados había llegado a la capital con sus familias.

En las fábricas trabajaban en condiciones infrahumanas, en jornadas laborales de entre 12 y 16 horas al día, sentados en habitaciones muy sucias, pequeñas y sin ventanas, señala el rotativo.

"Cuando intentaba estirar mis piernas o moverme un poquito, los patrones me pegaban", relató Shanu, de diez años, que trabajó en una fábrica seis meses antes de ser rescatado.

Salvo algunos de los adolescentes que recibían 50 rupias semanales (1,2 dólares);, la mayoría de los niños no cobraban ningún salario.

"Estos niños trabajan a cambio de nada. Han sido víctimas de traficantes y forzados a trabajar en condiciones inhumanas", denunció el fundador de la ONG "Bachpan Bachao Andolan" (Protege a la Infancia);, Kailash Satyarthi, citado por el periódico.

"Ahora es responsabilidad de la Administración buscar a los contratistas, esclarecer cuál es la cadena de suministro (de niños); y tomar medidas contra ellos", añadió.

Aunque en la India está prohibido por ley el trabajo de los menores de 14 años, se calcula que más de doce millones de niños siguen siendo víctimas de explotación laboral.