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La cúpula autonómica y provincial del PP cierra filas con el cambio de rumbo de Casado

Las dirección alicantina y la ejecutiva regional avalan la destitución de Cayetana Álvarez de Toledo - Destacan los ascensos de dirigentes más cercanos, defensores del municipalismo, como el alcalde de Madrid, Martínez-Almeida, y la exministra Ana Pastor

Casado y Mazón se saludan en el último congreso provincial del PP junto a Martínez-Almeida. alex domínguez

«Un acierto», «estoy encantado», «mis felicitaciones», «gran equipo». Palabras de elogio a los que entran por escasas muestras de afecto hacia la que sacrifican. La destitución de Cayetana Álvarez de Toledo como portavoz del Grupo Popular en el Congreso ha sido bien acogida entre las filas populares. Tanto la dirección provincial como la regional avalaron ayer la decisión de Pablo Casado, no ya solo por quien desaparece de la primera línea de discurso del PP, sino por quien la sustituye, Cuca Gamarra, vicesecretaria de Política Social del partido. Con la etiqueta de «perfil moderado», Gamarra, exalcaldesa de Logroño, será desde el mes que viene la cabeza visible del PP en la Cámara Baja. A priori dos estilos muy distintos, dos ópticas muy diferentes que se ven reforzadas con otros dos nombramientos propuestos por Casado y respaldados por el secretario general de los populares, Teodoro García Egea. La exministra de la era Rajoy, Ana Pastor, se convertirá en vicesecretaria de Política Social, y el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, revalorizado por su gestión del coronavirus, será el portavoz nacional del Partido Popular. Tres incorporaciones que sí son muy del agrado del PP alicantino y valenciano, por cercanía, por relación personal con los protagonistas y por afinidad con un mensaje más centrado.

Si Cayetana Álvarez de Toledo no se hubiera ido «matando», con durísimas críticas a Pablo Casado vertidas en caliente, horas después de su destitución, alguien más le hubiera echado un cable. Por respeto al caído, las críticas fueron más bien veladas, aunque nadie dudó de la decisión del líder del PP. «Cuando hay desavenencias personales hay que abordarlas de frente. Y se ha hecho», aseguró ayer Carlos Mazón, presidente provincial del PP, quien dijo de Álvarez de Toledo que fue «una buena portavoz». Más frío se mostró el vicesecretario de Comunicación del PP provincial, Adrián Ballester, para el que los cargos públicos se ocupan «de forma temporal». «No somos ninguno imprescindible. Lo importante es el proyecto», recalcó Ballester, que también incidió en que los cambios «apuestan por el municipalismo», un concepto que para el PP es sinónimo de «diálogo y cercanía». Partiendo de este principio, la nueva «tripleta» en la dirección del partido, Gamarra, Pastor y José Luis Martínez -Almeida, llega con todas las bendiciones de las direcciones provincial y regional de los populares.

Ni un pero

Para Carlos Mazón, entre los tres ascensos, no hay dudas sobre cual será la relevancia de cada uno. «La nueva cara del PP es Almeida. El acierto no tiene un pero», asegura el presidente provincial de los populares , que destaca el perfil municipalista del alcalde de Madrid y de Cuca Gamarra, exalcaldesa de Logroño. Junto a ellos, Mazón considera que Ana Pastor representa la «experiencia en la gestión» y el conocimiento al tratarse de «gente que sabe de lo que habla». Con estos nuevos mimbres, a Mazón no le gusta hablar de «giro al centro». Si hay viraje, «es hacia la gestión y la política municipal y cercana, lo más acertado para los momentos que vamos a vivir en España», añade Mazón.

Otra lectura que lanzaron ayer los populares es que la «centralidad no está reñida con la contundencia », al igual que no es lo mismo lanzar proclamas incendiarias -estilo Álvarez de Toledo- estando en la oposición o en el Gobierno. Para la presidenta regional del PP, Isabel Bonig, la mejor noticia de todos estos cambios es el nombramiento de Cuca Gamarra, con quien la cúpula regional ha estado «muy coordinada» en temas de educación (Gamarra acudió a la manifestación sobre el plurilingüismo de Orihuela). Además, Ana Pastor fue ministra de Fomento cuando Bonig fue consellera de Infraestructuras. Otro punto de conexión con las voces del nuevo relato que ahora quiere transmitir Pablo Casado.

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