Desde su domicilio de Xàbia, donde disfruta de unos días de vacaciones que le concede el Parlamento Europeo, el eurodiputado del Partido Popular habla con conocimiento de causa cuando salen a la palestra los viajes que el rey emérito, Juan Carlos I, realizó como Jefe de Estado hasta que llegó su abdicación, en junio de 2014. Viajes al margen que compartió con el monarca durante tres de los cinco años que ocupó la cartera de Exteriores, José Manuel García-Margallo es un declarado defensor de la Monarquía, conoce al rey emérito desde los años 80 y todavía mantiene con él una muy buena relación. Argumentos más que suficientes para seguir poniendo la mano en el fuego por Juan Carlos I y afirmar que «nunca tuvo la menor sensación o sospecha de que hubiesen comisiones en esos acuerdos».
En opinión del exministro, «Juan Carlos ha abandonado el país para que el rey [Felipe VI] pueda ejercer su labor» en medio de toda una campaña promovida «por los que quieren cambiar de régimen», como son «la inmensa mayoría de los que animaron la moción de censura contra Mariano Rajoy». En este punto se detiene para hablar de Unidas Podemos, que «quiere anular la transición en su conjunto», con representantes como Juan Carlos Monedero, que «dice que la transición fue una operación de maquillaje para que la oligarquía se mantuviese en el poder»; o partidos como Bildu, Junts y ERC, que «nunca han ocultado que pretenden la destrucción de España, la balcanización del país». Unos y otros están forzando la máquina porque «la pieza no es Juan Carlos, es don Felipe», recalca.
A su modo de ver, «el rey [Juan Carlos] solo puede ser juzgado por la ley» pero «es inmune a los actos realizados antes de su abdicación». García-Margallo recuerda que en España existe la presunción de inocencia y que quien puede condenar es un tribunal. «El rey no ha sido condenado, ni siquiera, enjuiciado». Por este motivo, «el rey no ha huido, goza del derecho de entrada y salida del país, como cualquier otro español», considera.
Sobre el paradero del rey emérito, Margallo no se quiere pronunciar. Ni siquiera es partidario que se haga público dónde se encuentra. «Lo importante no es donde está, es que venga cuando lo citen», algo de lo que el exministro está convencido: «El rey comparecerá ante la justicia en el momento que sea convocado, si es que es llamado a declarar. Es un rey constitucional y demócrata». Y por si la residencia del monarca se ha fijado en la República Dominicana, «que nadie caiga en duda porque con la República Dominicana hay tratado de extradición desde 1981», recalca.
Si se trata de hacer una valoración del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, al eurodiputado le gustaría verlo «con mucho más entusiasmo» a la hora de defender una institución como la Monarquía, sobre todo después de los ataques del vicepresidente Pablo Iglesias. «La Carta Magna dice que hay que acatar la Constitución y las leyes con lealtad al rey», insiste Margallo, quien pone en el centro de la campaña de desprestigio de la Corona a Iván Redondo, jefe del Gabinete de Presidencia del Gobierno, «el mago del relato», capaz de «desviar el foco».
El exministro prefiere ensalzar «el legado histórico de Juan Carlos de Borbón, el primero que manifestó su opinión de abrir el juego político a todos los partidos, incluido el Comunista, y el rey que intervino cuando Tejero entró en las Cortes. Yo estaba allí y sino hubiera intervenido su majestad, no estaría hablado ahora contigo», palabra de García-Margallo.
