El pacto de gobierno entre PSPV y Ciudadanos en Xixona reafirma a la formación de Arrimadas en su papel de bisagra, capaz de pactar a izquierda y derecha. Su hecatombe electoral y la crisis sanitaria le han obligado a buscar un espacio en el que ganar notoriedad y hacer ruido, pero sin romper los lazos con ninguno de sus rivales. Ciudadanos tiene vigentes en estos momentos 13 pactos de gobierno en la provincia de Alicante, de los que ocho están firmados con el PP y cinco con el PSPV. A excepción de Xixona, todas estas alianzas se rubricaron tras las elecciones municipales y, hasta el momento, los dirigentes naranjas todavía no han dado ningún golpe de timón para cambiar los gobiernos municipales. La situación en la Diputación es idéntica: el líder autonómico Toni Cantó aprieta las tuercas al presidente, Carlos Mazón, y llega a criticar sus decisiones, sobre todo en las áreas que generan enfrentamiento con la Generalitat. ¿Se va a traducir ese pulso político en una ruptura de pactos? A día de hoy, el líder autonómico quiere mantener intactos sus acuerdos y, dicho sea, exprimirlos al máximo. Solo hay que ver su número de asesores. La Diputación es el ejemplo. Nueve personas colocadas a dedo para solo dos diputados.
La nueva alianza en Xixona denota la sintonía y buenas relaciones que mantiene Cs con la izquierda, iniciando negociaciones en las Cortes para la reconstrucción de la Comunidad e incluso abriéndose a alcanzar un entendimiento sobre los presupuestos con el Botànic.
La secuencia de hechos en las dos últimas semanas es simbólica: Cantó critica la cerrazón de Mazón sobre el Fondo de Cooperación aunque sus dos diputados provinciales mantienen su neutralidad habitual y una prudencia calculada para mantenerse al margen del conflicto entre los dos dirigentes. Días después, el portavoz de Cs en la Diputación, Javier Gutiérrez, acude al congreso del PP a apoyar públicamente, y ante Pablo Casado, al presidente provincial del partido. Pero, si no es suficiente, este mismo diputado accede a hacerse una fotografía abrazando a Mazón para, tres días después, anunciar en la misma puerta de la Diputación que va a pactar con el PSOE en Xixona. Todos estos movimientos pasan por evidenciar que no sucumben ni a unos ni a otros y que pondrán en valor cada paso que dan, vigilando la equidistancia y manteniendo en todo momento el equilibrio con la izquierda y la derecha.
Totalmente noqueados tras la debacle electoral, ahora su única oportunidad de salir a flote es apelando al pragmatismo y ganando presencia pública para demostrar, al menos por el momento, que no quieren vivir a la sombra de nadie. El vuelo de Cs a izquierda y derecha tiene sus riesgos. Pactos con PP y PSOE dan alas a su estrategia, pero cuando los acuerdos le suponen ir más allá se arriesgan a quedar atrapados en la telaraña de Vox por la derecha y Compromís y Podemos por la izquierda. Territorio comanche para esta formación si no quiere arriesgarse a perder aún más electores. En ese empeño por ganar posiciones, Toni Cantó ha anunciado que a partir de septiembre revisará sus pactos municipales que en la provincia ascienden a 12, además del acuerdo firmado en la Diputación con el PP.
Tres alcaldías, dos de ellas con soporte socialista
Ciudadanos solo ostenta alcaldías en tres municipios de la provincia. En Castell de Guadalest logró mayoría absoluta con cuatro de los cinco concejales. El alcalde es Enrique Ponsoda. En Castalla, obtuvo mayoría simple. La corporación la componen 13 concejales y Ciudadanos tiene 6 mientras el PSOE tiene 2, PP otros 2, Compromís 2 y EU tiene 1 edil. Ciudadanos gobierna con el PSOE. El alcalde es Antonio Bernabeu.En Granja de Rocamora, los de Arrimadas obtuvieron 5 concejales de un total de 11 y gobiernan con el apoyo de 2 concejales del PSOE. Javier Mora es el alcalde.
